Diario de León

CRIMEN DE ISABEL CARRASCO. De frente y de perfil

El defensor que dispara

José Ramón García, el letrado de Triana Martínez y Montserrat González, brilla por. sus afilados interrogatorios aunque ayer los testigos se le escabulleron con amnesia y coartadas legalistas en la Diputación.

José Ramón García, letradi de Triana y Montserrat.

José Ramón García, letradi de Triana y Montserrat.DL

León

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El defensor que dispara no acertó ayer muchos tiros. La amnesia de los testigos le impidió hacer puntería con sus afiladas preguntas. «¿Usted tiene algún problema de memoria?», le dijo con sorna al jefe autonómico de Telefónica para terminar el interrogatorio.

Si hubiera sido una faena taurina, se podría titular ‘malos toros en la novena jornada del juicio por el asesinato de Isabel Carrasco’. José Ramón García García, el abogado de Triana Martínez y Montserrat González, daba con el martillo en hierro frío. Los testigos repetían, erre que erre: «No lo recuerdo, no recuerdo tal cosa».

El letrado que más brilla en la sala, el que no perdonó el tercer grado ni a sus propias defendidas, el abogado que puso en un brete a los inspectores de Burgos y al policía-héroe del crimen de Carrasco, el que consiguió hacer testificar al abogado García Moratilla y arrancarle el importe de la minuta por el primer pleito que la Diputación perdió contra Triana (1.900 euros), ayer quedó anublado, como el día.

A tener en cuentaNi sus defendidas se libraron de su tercer grado, pero despliega un talante campechano

Nadie reconoció que Isabel Carrasco le diera indicaciones para perjudicar a Triana Martínez, ni dentro ni fuera de la Diputación. La presidenta del tribunal de la oposición a la plaza de ingeniero de Telecomunicaciones, Ana Cosme, a la que concurrió Triana, no recordaba ni la nota que ésta sacó en el primer examen: «Muy baja». En realidad nadie recordaba el 2,2, ni figura en el acta.

La jefa coordinadora de Asuntos Económicos y Nóminas, Mercedes Díez Abella, no recordaba si en alguna otra ocasión había hecho una reclamación a un funcionario por pagarle dinero de más... La amnesia era general.

El único testigo que tenía meridianamente claro lo que le preguntaron fue el policía de Astorga, amigo del entonces comisario Pablo Martínez, que los viernes por la tarde hacía de chófer de Montserrat para llevarla desde León a Astorga porque su hija se quedaba los fines de semana en León. También recordaba perfectamente que en alguna ocasión Triana le llamó desde el número del teléfono prepago que está entre las pruebas de cargo de su implicación en el crimen. Memoria de testigo de parte.

José Ramón García García, una leyenda del derecho penal, hizo desfilar al tribunal de la oposición para intentar demostrar un simulacro orquestado por Isabel Carrasco y las funcionarias y funcionarios le respondieron con sus propias espadas. «Por transparencia pedimos que se leyera (el examen del ‘enchufado’ de Burgos que superó la primera prueba) en un acto público», afirmó Ana Cosme.

El secretario del tribunal, Javier García, fue taxativo: «Yo soy muy pulcro y decidí mantener las distancias» con Triana, desveló, cuando ésta le pidió su número de teléfono. La ingeniera de Caminos del Ayuntamiento de Ponferrada, María del Mar Pardo, experta externa del tribunal, se entrevistó dos veces con Isabel Carrasco en su despacho antes del examen pero juró que «no» recibió instrucciones para perjudicar a Triana. «Le preocupaba que hubiese irregularidades e hizo mención a otro proceso anterior que le había dado problemas», aseguró.

José Ramón García huye de los medios de comunicación como del agua hirviendo. No le gustan los juicios paralelos, aunque su estrategia de defensa en el crimen de Carrasco es enjuiciar la labor y la conducta de la malograda presidenta. Rara avis en un tiempo en el que todo el mundo busca su minuto de gloria.

Sin embargo, presume de los casos «altamente mediáticos» que ha llevado: Arny, Brouard, crimen de la calle Orense, crimen perfecto de Barcelona, crimen de la calle Barquillo... El asesinato de la presidenta de la Diputación de León figura en el último lugar de su larga lista de casos famosos, entre los que están también juicios como Sgae, Fórum Filatélico, Coslada... Las estafas y las falsedades documentales son su especialidad.

Nacido en la localidad salmantina de Bañobares en 1959, ejerce la abogacía en Madrid desde 1986 aunque se mueve por toda la geografía con su red de colaboradores en todas las comunidades autónomas. En León, en el caso del crimen de Carrasco, sus ‘corresponsales’ no le han desvelado todas las vincunlaciones de la presidenta asesinada con muchos de los testigos que no se acuerdan o dijeron conocer casi de oídas a la desaparecida presidenta de la Diputación y del PP.

Triana Martínez se sienta a su lado. En el transcurso de los interrogatorios, frecuentemente le hace comentarios y anotaciones. Su ‘juicio’ a Carrasco no fue muy airoso ayer. Los testigos se escabulleron y hasta se le encararon, por no decir que le torearon. Todos tenían coartada legal o, en su defecto, nada se podía demostrar.

Aficionado a los toros y al mus y admirador de Agatha Christie, desde el banco de la defensa proyecta una imagen de abogado inquisidor, pero cercano y campechano. Tiene web y un blog donde promociona su novela Mediterráneo, una obra de serie negra que escribió de un tirón cuando estudiaba Derecho y que publicó hace unos años gracias a que su secretaria rescató el manuscrito de un cajón del bufete.

Aquí tiene materia para una nueva novela, aunque ya ha anunciado que el protagonista de la que espera escribir algún día es un famoso delincuente de cuello blanco. ¡Qué intriga, letrado!

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