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INICIATIVAS EN LA UNIVERSIDAD

Cuando el campus se hace empresa

La Universidad de León tiene una participación del 10% en el capital social de cinco empresas de base tecnológica u Veterinaria, agroalimentación y biomedicina son las principales actividades producto de investigaciones realizadas

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A. CALVO | LEÓN
León

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Resultado de los trabajos de investigación y los proyectos desarrollados por profesores de la Universidad de León, al amparo de la institución académica y fruto del impulso del personal docente, León cuenta con cinco empresas de base tecnológica, de las que la Universidad es un accionista más, y que a pesar de la difícil situación económica han dado un paso al frente en los últimos años para seguir impulsando «la transferencia de conocimiento».

La primera empresa de base tecnológica o spin-off, como es su denominación, se creó en 2001 y la segunda llegó en el 2002. Tras unos años de parón y a pesar de la llegada de la recesión económica, fue a partir de 2012 cuando se crearon las tres que completan la implicación de la Universidad de León, la última en enero del año pasado. «La gente se va animando a pesar de la difícil situación», resalta el vicerrector de Investigación, Alberto Villena, quien apunta que la institución académica cada año guarda una partida económica para tal efecto —en los presupuestos del 2015 se reservaron seis mil euros— y que actualmente está siendo analizado un nuevo proyecto para la creación de otra spin-off. Las empresas que han surgido desde el campus están relacionadas con la veterinaria y la agroalimentación, así como con la biomedicina.

«Una de las características de las empresas de base tecnológica es que tienen que tener algún proceso de transferencia de la investigación o el conocimiento que generen», concreta Villena, quien explica que a pesar de que las empresas no aportan, en principio, ningún beneficio económico como tal a la Universidad de León sí le reportan otras condiciones ventajosas como contratos con becarios o contactos con grupos de investigación. A mayores, la institución académica también puede cederles parte de su equipación para que puedan desarrollar su actividad.

Bioges Starters, creada en el 2002, ha sido la primera spin-off que ha devuelto parte de sus beneficios a la Universidad de León tras conseguir el año pasado ganancias. Así, los socios de esta empresa «donaron» a finales de noviembre del año pasado seis mil euros que la institución destinará a ayudar a los investigadores que actualmente se están formando en el campus, solventando así parte de los recortes económicos que ha afectado a los doctorandos en los últimos años.

Bussiness angels

«El objetivo final es que la Universidad de León, en el momento en el que la empresa vaya evolucionando, recupere su aportación y proceda a su desvinculación», concreta Villena, quien explica que se trataría de actuar como un «bussiness angels» que permita a los socios iniciar su recorrido. Así, la institución académica podría acabar vendiendo su participación en estas entidades —obteniendo también beneficio si así fuera el caso— y con la posibilidad también, «de ampliarlo, si así lo aprueba el Consejo Social», aunque de momento en ninguno de los cinco casos ha sido necesaria una ampliación de capital.

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