Retroalimentación con la Universidad
León es el tercer polo industrial más importante del país en biofarmacia, sólo por detrás de Madrid y Barcelona. Lo es por su componente histórico, con la constitución de Sueros y Vacunas (Syva) en 1941 (ahora cumple sus primeros 75 años de vida); Ovejero en 1948 y Antibióticos en 1950. Después llegaron otros, y en los últimos años grandes grupos del sector. Para Luis Bascuñán, la mejora de las comunicaciones «ha sido determinante para la llegada de nuevos proyectos», pero el gran potencial, lo que realmente aprecian las industrias, es «la cualificación profesional, un entorno de licenciados con experiencia y una Universidad con la que investigar y en la que formar a los profesionales».
La Universidad de León sigue, casi un siglo después, siendo un polo de atracción de la industria biotecnológica. Y la instalación de compañías punteras en este mundo impulsa también la investigación y la especialización del Campus leonés. Ambos procesos se retroalimentan. «En qué sector de la economía leonesa se han desarrollado y han llegado empresas de este calado. Es la actividad que más ha crecido, y la que más posibilidades tiene».
De hecho Bascuñán presume de la principal fortaleza que tiene Syva: «Su capital humano. Un 40% de la plantilla son doctores, licenciados y diplomados. Otro 31% de formación profesional cualificados. Más del 70% de los trabajadores tienen una formación que es nuestro mayor valor».