Un error incluyó el número del muerto entre las llamadas para las coartadas
Según el fiscal, Julio ordenó a Carlos Helí, asesorado por el detective, que cuando José Ramón le llamara fuese a recoger su teléfono móvil (antes del crimen) y que lo llevara de vuelta al bar en el que estaban todos reunidos, con el objeto de realizar una serie de llamadas durante los instantes del asesinato de tal forma que el autor material del disparo tuviese coartada y su teléfono saliese posicionado en la zona de José Aguado, en lugar de en el escenario del crimen.
Para ello, Julio proporcionó a Carlos Helí cinco números de teléfono, que apuntó en una servilleta y a los que tenía que llamar para dar forma a la coartada.
Tras haber matado a Roberto, siempre según la versión del fiscal, José Ramón volvió al bar y comprobó con enfado cómo uno de los números a los que se habían hecho llamadas era el de Roberto Larralde. Discutieron con cierta intensidad. Carlos Helí entregó a José Ramón la lista de teléfonos y a las 23,32 llamó a Julio, que ya estaba camino de Madrid junto a la esposa de la víctima y a dos amigas de ella que iban a desplazarse a Málaga.