La víctima sufrió una fractura en el esternón después de su muerte
El Ministerio Fiscal se apoya en un informe forense para explicar que el disparo que acabó con la vida de Roberto Larralde se produjo en torno a las 23.00 horas del día 13 de septiembre de 2014 y le causó la muerte por lesión encefálica.
El proyectil destruyó centros cerebrales esenciales para la vida y las heridas que le produjo eran mortales de necesidad. No obstante, en el cadáver se apreciaron también una serie de politraumatismos posteriores a su muerte que se escenifican fundamentalmente en la rotura del esternón.
Por la espalda
Roberto no pudo advertir que iba a ser atacado, recibió el disparo mortal desde la espalda en la zona posterior de la cabeza, con una distancia no mayor de 60 centímetros entre el arma y su cráneo y la utilización de una pistola que dispara balas del calibre 7,65 milímetros.
Al escenario del crimen, los dos protagonistas llegaron por separado cada uno por sus medios. José Ramón propuso dejar la furgoneta de Roberto en el descampado (era propiedad de su esposa) y desplazarse en el suyo a un paraje de Santa Olaja de la Ribera. De hecho, la víctima se dejó la documentación en el coche del supuesto asesino.
En los alrededores del aparcamiento aparecieron otras tres vainas, que pertenecen a otro delito investigado.