INICDENTE EN LA ESTACIÓN
El Alvia deja en tierra a 50 viajeros atascados en el control de acceso
Renfe alega que «el colapso» se dio al coincidir muchos pasajeros a última hora por la nieve
álvaro caballero | león
Con el billete en la mano, en pleno control de seguridad y en tierra. Con ese molde se quedaron ayer a primera hora de la mañana medio centenar de pasajeros del Alvia que une León y Madrid, después de que el convoy arrancara apenas dos minutos después de haber hecho su entrada en la estación de la capital leonesa con tan sólo 90 de los 140 pasajeros que tenían pagado el asiento. Sin ningún aviso, ni anormalidad, ni incidencia reseñable, como admitieron desde la compañía Renfe, que se limitó a explicar que el interventor del tren no vio a nadie en el andén y dio la orden de salida sin más.
Pero sí que lo había. Un pasajero que hablaba con una de las revisoras de la estación, sobrepasada ya la puerta de acceso al andén, «vio cómo se le cerraba la puerta de entrada al vagón en sus narices». «Golpeó el cristal, pero no le hicieron ni caso», asegura Ana López Rodríguez, que venía justo detrás para embarcar en el Alvia con destino a Madrid. Un embarque en el que «no había habido ningún problema y que avanzaba de forma fluida», abunda la viajera, quien insiste en que «no se produjo ningún aviso, ni se paralizó por nada, ni se cortó», y que el personal de la terminal leonesa fue el primer sorprendido. «Cuando de repente vieron que se marchaba, la trabajadora que hablaba con la persona que yo tenía delante entró corriendo para avisar y, pese a que su compañero contactó con el control de Atocha, ya no hubo marcha atrás», relata, agradecida al menos por «la atención del personal leonés».
Renfe, que trasladó que tiene «una investigación en marcha» para esclarecer las causas, justifica de inicio el plantón a las 50 personas en que «pudo haber una concentración de gente más grande de la habitual a causa de la nieve», por lo que «se colapsó» el control de acceso a los andenes justo en el momento del embarque del Alvia.
El reglamento de la compañía establece que los pasajeros tienen que haber validado sus billetes y pasado por la cinta de seguridad con el escáner dos minutos antes de la salida del tren. Pero ayer fue «imposible», como apunta Ana López, quien incide en que accedió en la estación «a las 08.42 horas» y se puso a la larga cola que ya había dispuesta para montar en el tren que tenía marcada su llegada a las 07.50 horas. Sin embargo, el convoy entró con 5 minutos de retraso proveniente de Ponferrada, a las 07.55 horas, y a las 07.57 se fue con 90 personas del pasaje a las que les dio tiempo a entrar en los vagones.
El resto se quedó en la estación, con el billete en la mano, el control de seguridad pasado y dos horas por delante de espera.