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solidaridad en primera persona

Mangueras humanitarias ante el drama de Lesbos

La oenegé G-Fire de bomberos palentinos cuenta hoy su experiencia en el rescate de refugiados en la isla griega en el Ateneo Varillas .

Uno de los bomberos rescata a una niña empapada y con síntomas de hipotermia en Lesbos. acnur

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León

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ana gaitero | león

Mientras Europa cierra sus fronteras miles de personas llegan a diario a las costas de Grecia en busca de asilo huyendo de la guerra de Siria, sobre todo, pero también de Irak, del Kurdistán... Su rescate y acogida está en manos de personas voluntarias. Las instituciones no acuden a paliar el drama.

Así lo relata Javier de Abajo, bombero palentino que junto con otros compañeros formó la oenegé G-Fire, Grupo especialista de Bomberos de Castilla y León, para ayudar en primera línea de fuego, en este caso, de agua. El drama de los refugiados sirios llegando a miles a las costas griegas encendió sus conciencias y decidieron llevar la manguera humanitaria a Lesbos.

Pusieron rumbo a Grecia a primeros de diciembre. Fueron «a ver qué podíamos hacer y el segundo día estábamos en la playa trabajando. A primeros de diciembre era una locura, llegaban muchísimas personas», comenta Javier de Abajo. Cada día llegan entre 1.000 y 1.500 personas a las costas de la isla griega en embarcaciones a base de neumáticas ocupadas por una media de 50 personas y a veces también en barcos. Son sólo una pequeña parte de la población refugiada que ha huido de Siria y que escoge o no le queda más remedio que intentar entrar en Europa para continuar su vida. El bombero palentino señala que más de 11 millones de personas han huido de una Siria destruida por la guerra. «En Europa han entrado un millón de personas, pero no es su principal destino. Hay muchos más refugiados en Líbano, en los campos de Turquía, donde se pueden pasar años, y en Jordania. La idea de la invasión es equivocada y a España, en concreto, no han llegado más que 17 sirios por esta vía», apostilla.

Desde diciembre no han dejado de ir relevos de bomberos de Castilla y León, pues tras el primer turno «nos pusimos en contacto con todos los parques de la Comunidad», aclara.

Llegaron empapados de información y de números, veían la emigración como un problema estructural, pero allí se encontraron con «cara a cara con los problemas de las personas y te das cuenta de que no son un número, que tienes que intentar solucionar una situación».

La dificultad de los rescates varía en función de las condiciones meteorológicas. El grupo de G-Fire se ha situado en una zona rocosa «más peliguada porque a veces se producen choques contra las rocas o barcas a punto de volcar». Desde enero, equipos de rescate gubernamentales empezaron a moverse en alta mar, donde han prohibido entrar a los voluntarios tras el incidente con los bomberos sevillanos detenidos.

Javier de Abajo participa hoy a las 20.00 horas en el Ateneo Varillas (calle Varillas, 3-3º D) con su compañero David Barrio en la charla coloquio organizada para contar su experiencia en primera persona y recabar solidaridad en León.

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