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CALLEJA EN EL 110 DEL DIARIO

«La suerte no existe, solamente es la perseverancia y la fe en uno mismo»

Anda suelto un genio. La versión en vivo de Jesús Calleja no tiene muchas diferencias con respecto al modelo televisivo. Básicamente porque el escalador sustenta su modo de vida en su propia esencia, natural como la montaña misma. Fue hora y media de espectáculo. Jesús Calleja divierte al Auditorio con una mezcla de show cómico y confesión intimista.

Jesús Calleja, en un momento de su intervención de ayer en el Auditorio.

Publicado por
León

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m.a.zamora | a. g. puente | león

«Tú para mí eres un líder cazurro». Se lo espetó a Calleja un niño de diez años, desde la sexta fila del patio de butacas y en los albores de la conclusión de la conferencia. Jesús llevaba a esas alturas de la noche casi una hora de disertación fantástica. Y estuvo a punto de descolocarse. Pero no perdió la compostura. El pequeño quería que su ídolo le aconsejara un libro de cabecera. El leopardo de las nieves, de Peter Mathiessen. El mismo que le inspiró su periplo aventurero y que arrancó la salva de aplausos más sentida de la noche.

Sacó Calleja la vena showman que ilumina su caminar por la vida y al Auditorio se le pasaron los 90 minutos del acto en un santiamén. Al final más que de felicidad, habló de aventuras y de televisión. Pero para Jesús lo uno y lo otro conforman un perfecto matrimonio.

«Hay que intentar ser el mejor en lo que hagas. La excelencia no existe y cuando eres bueno en algo, eres cada vez más feliz. Siempre he intentado encontrar el lado bueno de las cosas. Hay que tener sueños, si no estamos jodidos», explicó.

Y eso que los inicios fueron duros. «El día que decidí ser aventurero me encontré con que no había epígrafe de explorador, ahora me han puesto uno de feriante y titiritero». Pero para cada mal hay un remedio. «En la vida hay que tener audacia, perseverancia y ser diferente y echarle un poco de morro a las cosas».

«Sed perseverantes en el trabajo porque si sois felices en el trabajo, lo conseguiréis. La suerte no existe, solamente la perseverancia y la fe en uno mismo», pronóstico.

Reservó el alpinista su parte más intimista para el turno de preguntas improvisadas del público. «Mi madre me enseñó desde pequeño a ser feliz con las pequeñas cosas. Hay que saber optimizar todo. Siempre tengo una disculpa para no aburrirme. Soy enormemente feliz con mis amigos de toda la vida. Vivo en un hotel para no tener raigambre en Madrid, porque mi casa es León y a mí lo que me hace feliz es correr cuatro horas por La Candamia. He conocido a artistas, cantantes, políticos y lo que quiero es que vengan a esta tierra y mantener la sencillez de mi vida», se confesó. «Hablar de felicidad después de un fracaso es una cuestión cultural. La vida da más problemas que situaciones agradables. Lo que necesitamos es revertirlo y en Bután lo han entendido perfectamente. Sus ministros se dedican a viajar por todo el país para resolver los problemas de su pueblo y han llegado a la conclusión de que con 1.900 turistas sus 200.000 habitantes pueden vivir bien. Nosotros nos metemos en una rueda de consumo tal que si nos dejamos arrastrar tenemos hipotecas que lo que ganamos en democracia lo perdemos en ataduras económicas», advirtió. A esas alturas, las risas que habían acompañado todo su repertorio, se convirtieron en un silencio cómplice y las butacas se llenaron de rostros pensativos.

«Es muy duro perder a un hermano (el suyo falleció a causa de un cáncer), pero no se puede perder toda una vida. No pude ir al entierro y no había que guardar un luto triste, decidimos estar alegres porque es lo que le gustaría a él. Fuimos a Nepal y nos evadimos del tema. Hay que intentar revertir las situaciones».

De por medio, cien anécdotas relacionadas con sus viajes. «Tenía el sueño de escalar el Everest, que no es la montaña más bonita ni la más difícil, pero sí es la más alta. Si no has subido el Everest no eres nadie».

Y en Diario de León comenzó todo. «Fui a ver al gerente para explicarle mi proyecto. Encontré una cámara de 2,5 kilos para mandar imágenes a todo el mundo en directo. Decidí comprarla y poner cara a una buena historia. La mía. Mandaba las crónicas al periódico y las fotos y se publicaban al día siguiente. Primero fue una tira. Luego una página. Luego la contraportada. Un día salí en las páginas centrales del Marca y hasta me llamó José Ramón De la Morena para El Larguero. Pero solamente hay un medio de comunicación que no tiene que pagarme derechos de imagen y que puede publicar de mí cuando quiera. Es Diario de León porque es el primero que creyó en mí y yo soy agradecido».

«Nada es comparable al momento de alcanzar la cima del Everest. Es sublime». Y una realidad, que no una chulería: «Soy la única persona que ha estado en los cuatro puntos cardinales: el Polo Norte, el Polo Sur, la montaña más alta del mundo y la sima más profunda».

Calleja firma un libro a uno de sus seguidores. RAMIRO

El alcalde hace una fotografía a Jesús Calleja con algunos de sus fans. RAMIRO