EL ESTADO DE LAS CALLES
«Peatones, que Dios os coja confesados»
Los vecinos reclaman que se ensanche la acera en la linde entre León y Trobajo, donde ya ha habido un atropello mortal La zona es paso de miles de leoneses y peregrinos cada día
Una pintada alerta del peligro por la estrechez de la acera en la raya entre los municipios de León y San Andrés
álvaro caballero | león
En la linde de León con Trobajo del Camino, una pintada anónima despide a los peregrinos que salen de la ciudad para seguir la ruta Jacobea: «Vaya birria de acera. Peatones, que Dios os coja confesados». El aviso está rubricado en el murete que separa las vías del tren de la avenida Párroco Pablo Díez, con apenas un metro para el paso de los viandantes. Un tramo en el que «se ha producido ya la muerte de un ciudadano por la invasión de un vehículo», como alertan los vecinos de Paraíso Cantinas, apoyados por el colectivo de Quevedo, en la propuesta trasladada a los ayuntamientos de León y San Andrés del Rabanedo, además de a la Junta, para que modifiquen la disposición de la calle con el fin de «triplicar» el espacio de peatonal, «garantizar la movilidad y mejorar la salida del Camino de Santiago».
La solución para mejorar la seguridad en un tramo por el que pasan a diario «miles de vecinos y peregrinos» requiere de la colaboración de tres partes. En el plan definido por los colectivos vecinales se reclama al Ayuntamiento de San Andrés, ahora que se planifica el asfaltado del vial por parte de la Junta en paralelo a la riontonda del Lidl, que «quite los dos primeros tramos de la mediana de Párroco Pablo Díez en este punto y se pinte una línea de separación entre los carriles como existe en el tramo de León en la avenida Quevedo para separar los 4 carriles existentes, sin mayor complicación», con lo cual se gana «un metro de acera». Otro metro más se conseguiría con que «el Ayuntamiento de León pinte la línea continua y elimine el espacio que hay en la actualidad sin usar entre carriles viarios, trasladando el espacio útil a la acera». Y el tercero, dependería de que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), dentro de la integración del AVE que se va a acometer, aprovechara para modificar «el vallado retirándolo lo posible hacia el interior, para ganar el espacio restante». Un último metro que acabaría con el muro y la necesidad de la pintada.