Las rotondas no pasan del cartel

l. urdiales | león

La solución alternativa a los semáforos de la ronda Este de León sigue en el alero. Colgada de un panel informativo que anuncia a los conductores que está prevista una actuación; que habrá novedades ante las frenadas súbitas sobre bandas sonoras a las que obliga el disco rojo cuando el rumbo de la circunvalación se supone interminable. La intersección de la LE-20 con el paseo de La Granja se mantiene impertérrita al tsunami administrativo que causó el pasado otoño en el sección de anuncios del Boletín Oficial del Estado, a cuenta de una adjudicación por valor de 1,4 millones de euros. Que no es tema menor si se compara con la inversión destinada a carreteras del Estado en la provincia de León en los últimos meses. La escasez de novedades en la que debe ser la rotonda que abra paso fluido de la Ronda Este a la Granja y a la Candamia es idéntica a la que sufre 3,4 kilómetros antes la intersección del cinturón de circunvalación a la altura del acceso al Hospital de León, que se incluyó en la misma solución económica y administrativa. En papel oficial, se trata de la reordenación de los puntos kilométricos 143,6 y 147 de la Ronda Este de León, la LE-20, que asume la traza de la Nacional 630 (Gijón-Sevilla) por el entorno de la capital leonesa. Lejos de aquella condición de travesía, cuando la carretera de Asturias desembocaba en Álvaro López Núñez y serpenteaba por Padre Isla y Suero de Quiñones en busca de la salida sur, con carga de tráfico pesado incesante, la zona de la actuación tiene hoy más relevancia por ser una vía alternativa para el tránsito de León, una variante para comunicar alfoz y barrios exteriores sin necesidad de saturar o surcar el centro; además de vía elemental para acceder al centro sanitario de referencia para miles de leoneses que acuden cada día al hospital.

Este es el desarrollo de la letra pequeña que cabe en el cartel que el Ministerio de Fomento hincó hace cuatro meses al pie de la ronda, a pocos metros del semáforo que regula al día el paso de más de veinte mil vehículos y que, precisamente trata de eliminar. Allanar la salida y entrada a León desde la ronda Este con dos rotondas (de 41 metros de radio la del cruce de Hospitales, de 34 metros, en la Granja) . La actuación, redefinida, se licitó en plena campaña electoral de los comicios locales y autonómicos del 2015; se va a cumplir un año de la efeméride que sostuvo un día de campaña con el anuncio de la ministra de Fomento sobre la buena nueva;. Se cumple ya medio año desde que la misma administración, el Ministerio de Fomento, anunció la adjudicación de las obras, por 1,4 millones (700.000 euros menos que el precio de licitación), también en esas vísperas electorales (esta vez las generales) que trufan de buenas noticias los tiempos de espera. Y se cumplen cinco meses desde que se firmó el contrato de la obra, con la adjudicataria, la granadina Glesa. En ese momento, Fomento dio por hecho que las obras comenzarían a final de año, para cumplir, con los plazos de ejecución (22 meses) la realización de la obra antes de que finalizara el año 2017. El Ayuntamiento de León firmó con diez propietarios las actas de ocupación de los terrenos para desarrollar la obra a mediados de diciembre. Luego, llegó la placa que anuncia la obra; no hay más novedad en el entorno desde el cambio de año; eso, y las tablillas estacadas en numeración ascendente en el círculo que debe ocupar la rotonda de la Granja, decoradas con un chispazo de pintura fluorescente y lazos de cinta de señalización. Sin más avances; sin más razones para no avanzar.