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DOS AÑOS DE LA MUERTE DE LA PRESIDENTA de la diputación

Carrasco vio la cara de su asesina

La víctima pudo comprobar seguramente quién era la persona que se disponía a rematarla; el arma del crimen no se encasquilló, Montserrat metió un dedo en el martillo de la pistola a causa de su nerviosismo

El cadáver de Carrasco yace tendido en la pasarela de los ambulatorios tras el crimen. RAMIRO

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León

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miguel ángel zamora | león

Isabel Carrasco pudo llegar a ver la cara de su asesina confesa en los instantes inmediatamente posteriores a la realización del primer disparo que acabó con su vida y también en el momento en el que Montserrat González se aproximó a su altura para rematarla con otros dos impactos más. Las conclusiones no fueron incorporadas a la autopsia que obra en el sumario del caso por considerar que no eran aspectos relevantes pero ahora, cuando se cumplen hoy dos años de la muerte violenta de la presidenta de la Diputación Provincial de León, han visto la luz.

Pese a que solamente dos médicos forenses firmaron la autopsia del cadáver de la víctima, un nutrido grupo de investigadores tomó parte de las pesquisas para tratar de esclarecer cómo se había producido el asesinato. «Nos volvimos locos ensayando trayectorias y realizando cálculos. Necesitábamos saber que había ocurrido como luego reflejó la versión oficial, pero no solamente para tener una tesis, sino para descartar que hubiera podido producirse de ninguna otra forma», explicó a este periódico uno de los miembros del equipo de análisis de los datos obtenidos.

Fue así como se llegó a la conclusión de que presumiblemente antes de ser rematada, Carrasco vio la cara de su asesina. «Montserrat estaba tan nerviosa que posiblemente no haya caído en la cuenta de ese aspecto. Solamente hay una persona que nos podría confirmar si esto es así, y lamentablemente ya no está entre nosotros. Es probable que, no tanto al sufrir el primer impacto, cuando se giró y se llevó la mano a la espalda, como ya en el suelo, antes de recibir los disparos finales, Isabel llegara a ver quién era la persona que estaba a su lado».

Por el nerviosismo

Fruto de ese nerviosismo, la investigación tiene un segundo dato que no se aportó al informe oficial por entender que su relevancia era secundaria. Montserrat González tenía tal grado de excitación que, cuando se disponía a rematar a Carrasco en el suelo, metió el dedo pulgar de la mano que sujetaba el arma entre el martillo y el tambor: «No hubo un fallo en el mecanismo de la pistola. Hubo un error en el disparo porque al sujetar la pistola metió un dedo en la zona de percursión. Por eso ese impacto no se produjo y hubo un fallo». El dedo en cuestión reflejaba los efectos de haberse «pillado» por la maniobra, pero en principio se dejó este detalle al margen.

SENTENCIA DEFINITIVA

Dos años después de la muerte de la presidenta del Partido Popular, asesinada a tiros en la pasarela de los ambulatorios del Paseo de la Condesa de Sagasta, el procedimiento judicial sigue su curso. Las tres imputadas, Montserrat González, su hija Triana Martínez y la agente de la Policía Local Raquel Gago, fueron halladas culpables de un delito de asesinato y tenencia ilícita de armas, por el que el magistrado presidente Carlos Javier Álvarez dictó una sentencia condenatoria de 22 años de prisión para la madre, 20 para la hija y cinco para su amiga. La sentencia está recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, con sede en Burgos, que deberá convocar una vista (previsiblemente después del verano) para decidir sobre las posturas de las partes.