La Caixa renueva el convenio de terapias con caballos con Carriegos
Unas 2.000 personas con discapacidad han participado en las actividades del centro.
dl | león
La Obra Social de La Caixa y la Fundación Carriegos renovaron ayer un convenio de colaboración por el que continuarán trabajando en el impulso de actividades de rehabilitación de personas con necesidades especiales a través de las terapias asistidas por caballos con el fin de mejorar su calidad de vida, ayudarles en la integración social y dotar a estas personas de una mayor autonomía.
Este tipo de terapias trabaja objetivos rehabilitadores a nivel físico, educativo, sensomotriz y cognitivo.
Por su parte, la Fundación Carriegos concederá becas de terapia asistida por caballos, destinadas a las personas con discapacidad que acuden semanalmente al centro ecuestre ‘El Caserío’.
Más de 2.000 discapacitados han sido asistidos en la Fundación Carriegos desde su creación en el año 2003, impartiendo al año unas 1.900 sesiones de terapia.
Este acuerdo se enmarca dentro del compromiso de responsabilidad corporativa de La Caixa para promover y apoyar proyectos solidarios. La compañía dedica parte de sus beneficios a la acción social y mantiene un diálogo constante con la sociedad para conocer sus necesidades y contribuir a paliarlas.
La terapia ecuestre es un método terapéutico que se incluye dentro de las terapias y actividades asistidas por animales. Se trata de una modalidad terapéutica de carácter rehabilitador, que utiliza al caballo como medio para aplicar de forma programada determinadas técnicas reeducadoras sobre personas con capacidades diferentes, tanto en edad infantil como adulta.
Esta terapia aprovecha los movimientos tridimensionales del caballo para estimular músculos y articulaciones del paciente, ya que la persona realiza sus ejercicios de rehabilitación montada sobre el animal. Esto obliga al paciente a mejorar notablemente el tono muscular, el equilibrio, la deambulación y la coordinación.
Además del aspecto físico la terapia ecuestre aporta facetas terapéuticas determinantes a niveles cognitivos, comunicativos y de personalidad, que no aportan los aparatos rehabilitadores convencionales, según señalan desde la fundación. «El vínculo afectivo que el paciente establece con el caballo aumenta su confianza y estimula el lenguaje para el desenvolvimiento del habla, la comunicación y la sociabilización».