Frente vecinal en las zonas de bares para que la Fiscalía investigue si se cumple la ley del ruido
La plataforma del Barrio Romántico, Húmedo y Burgo Nuevo exige que haya un «control exhaustivo» de la normativa.
Álvaro Caballero | león
Convencidos de que «la degradación y perturbación» de sus derechos «ha sobrepasado las líneas rojas del civismo», los miembros de la plataforma para la salud acústica Ciudad de León pondrán hoy en conocimiento de la Fiscalía Provincial sus quejas por lo que entienden como una «dejación de funciones» del Ayuntamiento de León en el cumplimiento de los horarios de cierre, el nivel de emisión de ruidos y el consumo de bebidas en la calle. Tres comportamientos regulados en las normativas municipales que defienden que no se observan, según la documentación que trasladarán al fiscal jefe, en la que reclaman además que se revisen las licencias concedidas desde la entrada en vigor de la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) en el casco histórico en el año 2007.
La plataforma agrupa a más de 150 vecinos del Barrio Romántico, el Húmedo y el entorno de Burgo Nuevo, las tres principales zonas de bares de la capital leonesa. Los responsables de la agrupación defienden que han demostrado su «ánimo en la búsqueda de soluciones que permitan la existencia y convivencia de negocios de todo tipo, a fin de consolidar la imagen de León como una ciudad de futuro y referente turístico de calidad», pero insisten en que sus derechos «se han conculcado de forma reiterada», sin que hayan «encontrado cumplida satisfacción a los intereses de los vecinos en cuanto al descanso».
Los vecinos que forma la plataforma defienden que ya existe una reglamentación clara, pero entienden que «no se hace cumplir», ante lo cual reclaman al fiscal jefe provincial que investigue «si existe dejación de funciones y, en su caso, por parte de quién se ha dado: técnicos, mandos policiales o responsables políticos». «No vamos contra el Ayuntamiento, ni contra los hosteleros, sólo defendemos nuestros derechos», insisten desde el colectivo.
La agrupación vecinal insiste en que debe haber «un control exhaustivo» de la normativa de ruidos, sobre todo en el caso de la Zona Acústicamente Saturada y la Zona de Respeto, que abarcan casi todo el casco histórico, desde Las Cercas hasta la carretera de Los Cubos y la plaza Torres de Omaña. Un área en el que defienden que hay «no se hace cumplir» la ordenanza en cuanto a «la limitación del nivel sonoro, los horarios de cierre y la permanencia en espacios reservados para terrazas».
La queja incide en que existe «prohibición de efectuar consumiciones en la calle, salvo en las terrazas autorizadas», pero que se vulneran «los horarios, aforos y espacios acotados», así como «la prohibición de venta y despacho de consumiciones a través de ventanas o huecos de fachada». El escrito vecinal que se eleva a la Fiscalía recalca que no se cumple con normas como que «se debe dejar un espacio de 1,80 metros entre la fachada y las mesas para permitir la movilidad» y que también se debe respetar la distancia entre diferentes terrazas; conceptos que, trasladados a un entorno de máxima afluencia como la plaza Torres de Omaña, haría que «pudiesen quedar un tercio de las mesas que se colocan, siendo generosos», según los criterios defendidos por la plataforma. Entre las reivindicaciones, trasladadas ya al consistorio, enumeran la ampliación de la reglamentación ZAS a la Zona de Respeto, que ahora afecta al Romántico —una medida que ya estudian los técnicos—, la colocación de cámaras de videovigilancia o el cumplimiento de los horarios de carga y descarga.