El estruendo del torrente, único ruido que escapa de las galerías
El único ruido que se escapa al mediodía de los túneles del Pajares es el estruendo del torrente de agua que se escapa de los manantiales rotos por la obra, que antes aportaban caudal a la vertiente leonesa. La cuenca del Bernesga cae en cascada hacia el Huerna, con estrépito, a un ritmo de más de trescientos litros por segundo. De las galerías del Pajares no surte otro estallido desde que, hace unos días, se apagó el zumbido de las máquinas radiales y el martilleo con el que los operarios acondicionaban el asiento del avance del tren entre León y Asturias. La variante se ha convertido en un río más, en una degeneración hidráulica provocada por la fuerza de las máquinas que engendra un problema medioambiental de magnitud desconocida para los pueblos de la montaña central leonesa.
La batalla legal que han emprendido más de veinte localidades leonesas afectadas por la filtración y el drenaje de las aguas que desde hace siete años han cambiado de cuenca por la acción de la tuneladora de la variante es paralela a las medidas que control del torrente que se ha visto obligado a aplicar el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias para evitar filtraciones en el interior del túnel y que, por tanto, impida o afecte de forma severa, a la circulación del tren. Más de doscientos millones de euros se añaden a la factura del sobrecoste que acumula la obra para tratar de remendar las filtraciones de agua, que serían fatales si accedieran al conducto por el que debe correr el AVE. Se ha construido un envoltorio que evita que el agua acceda al túnel, pero no que emprenda la caída hacia la vertiente cantábrica. Esos sobrantes hídricos que escapan paralelos a la inclinación de la variante de León a Asturias se vierten por cuatro conductos al río Huerna, según destacó el rotativo La Nueva España, a través de unos cauces que se disimulan entre la vegetación que domina la zona en este valle.
Los responsables del Adif entienden que se puede soportar la cantidad de agua que se vierte sobre los túneles. Con mayor o menor concesión sobre el nivel de transigencia con el caudal desviado, el ente maneja un proyecto para reducir de forma drástica esta aportación hídrica; que subrayan en menor cuantía de la que escapa al control humano en la ejecución del túnel de San Gotardo, en los Alpes suizos.