La ingeniería golea al fútbol

A. Calvo | León

«De mayor quiero ser ingeniera de drones y de eso», comenta con tan sólo 7 años Marina, inmersa en su taller de programación. Lo dice tras asegurar que le «encanta la robótica, sé un poco, aunque yo he ido a clases de informática». A su lado Miguel y Jorge, que están «haciendo» videojuegos: «Ésto es una cosa que si te dan unos láseres te quitan una vida y si te quitan los tres, te pone game over». Ellos trabajan los bloques de programación a través del juego y forman parte del grupo de niños y jóvenes de 6 a 17 años que este año participan en el Campus Tecnológico que organizan la Universidad de León y la Academia Play Code durante este verano. Los más pequeños incluso ya han hecho en sus casas «un robot que se rompió, aunque ahora ya estoy con sensores», como indica José.

Es la segunda ocasión que se celebra este encuentro y de nuevo han vuelto a cubrirse todas las plazas de los tres turnos, repartidos en tres semanas. «Para ellos es una oportunidad y les sirve para el futuro, porque el avance tecnológico será impresionante», recuerda Carlos García Flórez, de la Academia Play Code. «El primer día, cuando les preguntas que quieren ser de mayores, sorprende que la mayoría levantan la mano al oír ingeniero, frente a algunos pocos que aún sueñan con llegar a ser futbolistas», destaca García Flórez.

«Quería aprender un poco más de robótica y drones, que todavía no sé mucho», dice Manuel, durante el taller de drones. Con su compañeros de grupo, que van de los 14 a los 17 años, discute sobre qué pieza colocar antes o después y todos confirman que en el campus tecnológico están mejor que en la piscina, que para un chapuzón ya habrá tiempo, «cuando haga más calor». Su vocabulario técnico sorprende y ellos prefieren los cohetes, «que son a reacción», antes que los drones «de hélice». El mejor momento de la clase, cuando después de montar y programar su propio dron consiguen ponerlo a volar, que despegue del suelo y, a través de un visor, observarse a ellos mismos o los movimientos que realiza el aparato desde la cámara que éste lleva.

«Mi madre me ha apuntado para que no esté viendo la tele y ahora me encanta. Me gusta pilotar, jugar a la videoconsola, la impresora 3D... ¡todo!», comenta Mencía mientras manipula el simulador de vuelo de drones con Pablo, un madrileño que aprovecha las mañanas de sus vacaciones en León con los abuelos para aprender cosas nuevas.

El Campus Tecnológico de este año está integrado por cinco talleres —drones, cohetería, robótica, diseño digital y fabricación en 3D y programación de videojuegos— y la actividad denominada Descubre la Universidad de León , que se celebrará en las instalaciones del Campus de Vegazana y en la que, además de los profesores de Play Code, participan docentes y alumnos de la propia Universidad. El viernes 15 de julio finaliza el último turno de este campus tecnológico, que está comenzando a hacerse un hueco entre las actividades veraniegas de los más pequeños que ya potencian sus destrezas y su visión de futuro con las nuevas técnicas.