La ofensiva llega también a la Unesco, Adif y las confederaciones
La ofensiva iniciada desde varios colectivos de León hace meses contra los daños de la Variante de Pajares no se ciñe exclusivamente al ámbito de la Unión Europea, llega también a la Unesco, Adif y las confederaciones hidrográficas del Duero y del Cantábrico. Sus demandas exigen medidas correctoras y compensaciones por los problemas medioambientales causados en sus territorios ante los efectos de esta ingente obra de ingeniería diseñada para que el AVE atraviese a plena velocidad las entrañas de la Cordillera Cantábrica.
Los daños provocados, en el caso de León, por el trasvase continuado y sin freno del agua de fuentes y acuíferos en 23 pedanías de los municipios de La Pola y Villamanín, afectan y perjudican directamente a su propio medio de vida con perjuicios en la ganadería, el desarrollo turístico y el abastecimiento de agua a sus vecinos.
La denuncia ante la Comisión Europea, a la que ahora se suma Lena, refleja el incumplimiento de tres directivas: Hábitat, Evaluación Ambiental y la del Marco del Agua. «Una violación del derecho comunitario en una zona Red Natura 2000», recordó el letrado Carlos González-Antón. Y en el escrito remitido a la Unesco, los afectados evidencian los daños sufridos en la reserva del Alto Bernesga, un territorio avalado con el sello de esta organización internacional.
La lucha en las confederaciones se centra, en un primer momento, en la vía administrativa, y si no hay respuesta acudirán a la vía penal. Los colectivos leones afectados consideran que los daños en el río y los acuíferos son «evidentes» y denuncian que no ha habido por parte de estas administraciones públicas ningún tipo de expediente sancionador abierto.
«Con la suma de Lena unimos esfuerzos para exigir un proyecto de restauración ante Europa, el Estado y las dos comunidades autónomas», remarcó ayer el abogado leonés tras la reunión en el Ayuntamiento de Lena.