Diario de León

NUEVAS MODAS EN EL TURISMO

Los otros peligros de las redes

Los clientes amenazan ahora con dejar críticas negativas en las páginas web especializadas cuando los servicios no son de su satisfacción.

Las calles de la capital muestran un aspecto muy animado estos días. SARA CAMPOS

Las calles de la capital muestran un aspecto muy animado estos días. SARA CAMPOS

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Las toallas siguen siendo un clásico entre los objetos que algunos clientes deciden llevarse de recuerdo de los hoteles, pero la picaresca también evoluciona. Ahora la «estrella» es la amenaza de escribir un comentario negativo en las redes sociales, todo para conseguir un descuento en la estancia.

Internet ha revolucionado el turismo y no solo por la facilidad para organizar directamente los viajes e informarse previamente de los destinos, sino por la posibilidad de compartir experiencias con otros usuarios, una ventaja de la que algunos avispados quieren sacar partido.

La amenaza de un comentario negativo en las redes sociales es una «moda» para intentar que la estancia les resulte más barata. Normalmente son quejas sin fundamento y los clientes desisten cuando el personal del establecimiento les dice que sigan adelante si lo desean con el comentario, ha afirmado.

Con el mismo fin de lograr una rebaja, otros se quejan de que la camarera no les haya hecho la habitación cuando regresan porque alegan «que les ha roto el descanso», o de que no haya piscina en su hotel aunque en ningún caso se haya publicitado este equipamiento porque supone una «decepción» en sus expectativas.

MUCHA PACIENCIA

Además de buenas dosis de templanza y firmeza del personal, según los casos, los empresarios combaten la picaresca con un mayor control en sus instalaciones. Así tratan de evitar que se cuelen más personas a dormir de las que figuran en la reserva sin pagar la diferencia, que desayunen gratis algunos clientes cuando sólo se ha contratado el desayuno para uno de los huéspedes de la habitación, o que accedan al restaurante con el mismo fin los inquilinos de los apartamentos cercanos al establecimiento. Esta última práctica se más habitual en la playa y no tanto en los hoteles leoneses.

Uno de los «trucos» en el pago consistía en hacer la reserva a nombre de una persona pero abonarla con la tarjeta de crédito de otra, que después alegaba que no había estado allí y lograba así que la entidad emisora de la tarjeta anulase la operación.

Para evitarlo, si otra persona distinta de la que se aloja efectúa el pago, ahora se exige una copia de su tarjeta, el DNI y un escrito en el que autoriza el cargo.

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