otra forma de disfrutar del verano
La playa de los niños que no salen de León
El Coto Escolar recibe 15.000 alumnos al año procedentes de los centros escolares de la ciudad y permite conciliar las vacaciones a 1.400 familias.
Foto de familia de los niños participantes ayer en el Coto Escolar, con Fernando Salguero y Tere Santamarta al frente. DL
miguel ángel zamora | león
Teresa Santamarta, directora del Coto Escolar, calificó de éxito total la participación en el coto «cuya ocupación es del 100% en estos momentos». En torno a 15.000 niños leoneses pasan cada año por sus instalaciones.
Santamarta y el alcalde en funciones, Fernando Salguero, cursaron visita ayer a las instalaciones para comprobar la evolución de los cursos de verano: «Vienen los lunes y se marchan el viernes por la noche en la modalidad de una semana, en la que tenemos 75 niños durante once turnos. Empezamos la primera semana de julio y acabamos la última de septiembre. Luego está el Peque Coto, en la que los niños solamente hacen actividades de mañana. Vienen de 7,45 a 15.00 horas y después de comer se van a casa y son grupos de 45 niños, once grupos durante el verano. Y luego están los grupos de educación especial, que tienen autismo, Síndrome de Down u otras patologías, que vienen la última semana de junio y todas las semanas de julio. Y también hemos tenido niños de Aspace».
El éxito ha sido «rotundo y total. Estamos encantados de prestar este servicio a la sociedad leonesa y de poder aumentar el número de participantes. El 9 de septiembre empezamos un curso de monitores de tiempo libre y luego ya el primer día que empieza el colegio empiezan a venir de todos los centros escolares. Viene el colegio Divina Pastora a hacer una convivencia de siete días con los niños de quinto y sexto de Primaria y hay también actividades de 24 y 28 horas», explicó Santamarta.
«El éxito del Coto Escolar radica en hacer actividades diferentes a las de otros campamentos que hay por aquí. Montan a caballo, hay una piscina estupenda, hay tiro con arco, rocódromo, orientación, tiempo libre y cultivo de sus propias huertas. No falta la biodiversidad, juegos tradicionales, actividades de campamento normal pero en una instalación privilegiada que está en el casco urbano. A los padres les da mucha tranquilidad que los niños estén pegados a León y le aporta un éxito rotundo de participación».
«Siempre es una instalación viva. El reto es hacer que el 80% de los niños repitan, como ocurre hasta ahora. Eso significa que los padres confían en los educadores. Como instalación siempre mejoramos, con un parque de cuerdas, eslinga, rappel, el rocódromo... Y las instalaciones cada día que pasa están más bonitas. El esfuerzo del Ayuntamiento cada vez es más grande».