VILLAQUILAMBRE
El Ayuntamiento acondicionará la zona del poblado gitano de Nava
La idea de desmantelar el asentamiento avanza, tras marchar el 40% de las familias.
El alcalde, Manuel García, se reunió ayer con agentes, asesores y miembros de servicios sociales. DL
p. infiesta | villaquilambre
El equipo de Gobierno de Villaquilambre volvió a estudiar ayer la situación del poblado gitano de Navatejera, conocido como Las Praderas y situado a 400 metros del casco urbano. En una reunión del alcalde, Manuel García; con el concejal Miguel Ángel Díez de Celis; el jefe de la Policía Local; el asesor jurídico, el presidente de la junta vecinal de Navatejera, Rodrigo Valle; y una representación del departamento de Servicios Sociales, se abordaron las iniciativas administrativas y jurídicas «para alcanzar el desmantelamiento total del asentamiento, considerado ilegal», indican. Unas medidas que se combinarán con la labor de la Policía Local, que seguirá patrullando el entorno para que no se instalen nuevos residentes. Gracias al trabajo realizado durante los últimos meses desde los Servicios Sociales del Ayuntamiento y los Ceas de la Diputación, el asentamiento ha disminuido un 40% el porcentaje de familias alojadas respecto al mes de junio, cuando comenzaron los trabajos de asesoramiento a los acampados. A partir de ahora, los trabajadores municipales iniciarán una ronda de entrevistas personales, con cada familia, para ver el estado en el que se encuentran y las iniciativas que han tomado después de informarles de las posibilidades que poseían para abandonar Las Praderas.
MEDIDAS CONTRA LA ILEGALIDAD
El Ayuntamiento pretende zanjar los problemas derivados de la ilegalidad del poblado. Díez de Celis aseguró que el Consistorio «ha buscado informar a las familias de las salidas a su situación y eliminar un foco de m?arginación». Es más, está previsto realizar una actuación medioambiental para acondicionar la zona.
El pasado 10 marzo, la Subdelegación del Gobierno en León llegó a propiciar una cumbre policial y social en Villaquilambre para intentar resolver los problemas de convivencia que denunciaban parte de los vecinos de Navatejera, en relación al asentamiento gitano. Se quejaban de la segunda oleada de robos, puertas arrancadas y cristales rotos en las casetas de las fincas colindantes, además de carreras de vehículos y basuras.
La subdelegada, Teresa Mata, explicó que había recibido múltiples quejas de sustracciones y destrozos que los vecinos de Navatejera vinculaban con el asentamiento y que les generaban una gran inseguridad. «El nivel de tensión ha sido tan alto como para que yo llamara al alcalde y al teniente coronel de la Guardia Civil. Creo que con buena voluntad por parte de todos se puede rebajar esa tensión», indicó entonces.
BUENA CONVIVENCIA
El regidor valoró que «la única manera de solucionar el problema es poner todos un poco de nuestra parte». Los representantes de los habitantes del asentamiento se comprometieron a trasladar a los que viven allí la «necesidad de cumplir las normas básicas de convivencia para evitar problemas». Además, el Consistorio supervisó con el padrón que en el poblado no residieran más que las cinco familias con las que se había firmado un convenio hace una década para ser trasladadas desde las inmediaciones del polígono de Navatejera donde estaban acampadas.