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tradiciones leonesas

Imposible «ni para ti ni para mí» en las Cantaderas

Javier García Prieto y Mario González protagonizaron la discusión del «Foro u Oferta» entre el Ayuntamiento de León y el Cabildo catedralicio que puso de manifiesto que ni con los siglos se puede llegar a un acuerdo.

Las doncellas, a su entrada en el Claustro de la Catedral, con ‘La sotadera’ en primer término. JESÚS F. SALVADORES

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León

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manuel c. cachafeiro | león

Fue un debate de altura, propio de los dos representantes que ayer se enfrentaron, y como siempre terminó en tablas. Y eso que hubo citas y argumentos para dar y tomar. Desde las fuentes históricas de los archivos en las que se basa una tradición de siglos a los nuevos tiempos, que no son los de antes, le vino a recordar el síndico municipal, Javier García Prieto, al representante del Cabildo, Mario González, con dos papas en Roma, dos reyes en España, cuatro partidos en liza en el Congreso de los Diputados, y no dos, en busca de Gobierno y elecciones cada cuatro meses en lugar de cada cuatro años.

«Usted, siendo bracero de la Virgen de los Dolores, cómo le va a negar algo a la Virgen de Regla», le echó en cara Mario González para terminar, después de escuchar la argumentación de que el Cabildo no puede imponer nada. Con pasajes de los Corintios y frases de los papas Juan Pablo II y Francisco pasando por San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, a la que «no le quedaba nada en las manos», que en todos ellos argumentó García Prieto que el pueblo de León va a las Cantaderas «libre y voluntariamente». Y eso que en un momento dado el edil le recordó los tratos y le ofreció hasta un acuerdo de «ni para ti ni para mí».

Pero ni por esas atendió a sus argumentos el representante de la Catedral. «Aquí no se trata de libertad, que la defendemos todos. El pueblo de León se comprometió libremente a hacer esto», le dejó claro.

Ya en los saludos de rigor, García Prieto antepuso el «querido pueblo de León» al resto de autoridades presentes y hasta buscó la complicidad del sacerdote con un buenos días al «amigo y respetado Mario». Pero la cosa estaba difícil, y así se lo dejó claro el volteo de campanas que anunciaba el mediodía, al inicio del acto tras el baile de las doncellas, como si quisieran no dejar oir al munícipe. Todo, para pedir al representante del Cabildo, que «entrara en la senda de la Iglesia actual». «Qué dirá de esto el papa Francisco», le echó en cara.

«Yo desde pequeño oí que la obligación es primero que la devoción», le espetó Mario González, que le recordó hasta la fábula del fanfarrón de Esopo. «Pruebe lo que dice», le instó. Prieto, otra vez a la carga, le recordó las palabras de la Eucaristía, esas de «te ofrecemos el vino y el pan, no te aforamos, porque eso parecería que estamos obligados a pagar una ronda al santo Cristo», ironizó. Y hasta entró en danza la economía, con citas de unos y otros sobre la deuda pública. «Nosotros no debemos nada a nadie», dejó de titular el Cabildo.

Prieto hasta le recordó la reforma del Código Penal por la que el foro dejó de ser «una carga obligatoria» en las leyes españolas, lo que rebatió el representante de la Catedral con una cita de Santo Tomás. Una más, que era el día. «La justicia sin la misericordia puede ser una crueldad».

El abrazo final y los saludos de rigor pusieron el punto final.

A la izquierda, Mario González dirigiéndose a García Prieto, en el acto junto al alcalde. A la derecha, el edil en su turno de réplica. JESÚS

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