Que al corazón se llega también por la vía del paladar

miguel ángel zamora | león

Siete años después, todavía le cuesta horrores hablar de su padre. «Nunca fui a cocinar con él, en realidad yo lo que hacía era meterme a jugar en la cocina. Absorbía de tal manera que...» y no pudo seguir hablando porque las lágrimas le ahogaron la garganta.

Noé Domínguez, hijo de Carlos Domínguez Cidón, encabezó el homenaje que la gastronomía leonesa dedicó ayer al desaparecido genio de los fogones. «Que todos tengamos un poco de es persona que era capaz de hacer posible lo imposible», pidió en el acto central de la segunda jornada de la feria de Productos de León que se celebra en León Arena.

«Una estrella Michelín obliga a hacer un esfuerzo importante, pero aquello mereció la pena», reconoció Jorge Domínguez, hermano del homenajeado, al que calificó de «maestro de maestros». Fue en una mesa redonda moderada por Susana Martín, periodista de La Nueva Crónica, en la que diferentes figuras relacionadas con el insigne cocinero glosaron su memoria.

«Carlos hizo que la cocina se convirtiera en alta cocina», explicó Michel del Egido, diputador provincial de turismo. «Ahora es fácil poner lo mejor de los productos de León en la plaza de toros, pero detrás se necesitaba el impulso decidido que él le dio».

Pedro Mario Pérez (Eurotoques) habló con voz profunda y benaventana del significado de los ribetes azules de su chaquetilla «que son un cacho de Carlos». La cabeza visible del Restaurante ‘El Ermitaño’ se quedó «con la nobleza y generosidad abrumadora» de sus vivencias: «León y Castilla y León tienen que estar orgullosos de él».

La experiencia del Queso de Valdeón habló por boca de Tomás Alonso: «Siempre me dijo que hiciera un buen producto por encima de todo, aunque hubiera que venderlo más caro». Miguel Pérez recordó los más de 20 libros que Imagen Más editó para Cidón: «Llamaba a veces a la 1,30 de la mañana para contarte una idea. Le preguntabas si no había visto la hora que era y te decía: ‘¿Y qué quieres que haga? He terminado de dar de cenar a la gente y con alguien tengo que hablar esto...’».

Cerró las intervenciones programadas Amancio Giganto, del Restaurante Amancio: «Hay un antes y un después de la cocina con Carlos. Siempre lo llevaré en mi corazón».

Instantes antes, la Asociación Leonesa de Sumillares acababa de presentar los nuevos uniformes diseñados por María Lafuente. «Queremos que lleve un toque leonés», explicó Fito Benéitez, presidente de ASLE. «Luchamos por mostrar que se puede hacer un consumo diferente y sostenible», apostilló Alberto Díaz, desde Made in Slow.

La feria, en fin, vivió su segunda jornada con absoluto éxito de público y llenazo en las horas fundamentales de la muestra. Y todavía quedan otras tres jornadas más.