El Consejo de Cuentas cree que la ULE debería suprimir diez títulos
Considera que la oferta de másteres está «sobredimensionada» con una matrícula que no llega al 50%.
Gran parte de las titulaciones de la Facultad de Filosofía aparecen entre las más cuestionadas. BRUNO
a.g.P. | león
La Universidad de León, en sus dos campus, mantiene «una excesiva oferta» de títulos de grado en las ramas de Ingeniería, Arte y Humanidades, también en el programa de másteres implantado, donde la matrícula no supera el 50% de las plazas disponibles, especialmente, los centrados en Ciencias, Ciencias de la Salud e Ingeniería. Así lo refleja el Informe comparativo sobre las universidades públicas de Castilla y León elaborado por el Consejo de Cuentas y presentado ayer en las Cortes autonómicas, que recomienda la supresión en todo el ámbito de la Comunidad de 20 titulaciones, diez de ellas en León.
Se trata de aquellos grados cuya matrícula no llega al 50% del número de plazas ofertadas. En esta situación se encuentran Ingeniería en Geomática y Topografía, Ingeniería Forestal y del Medio Natural, Geografía y Ordenación del Territorio, Historia, Historia del Arte, Información y Documentación, Ingeniería Agraria, Ingeniería de la Energía, Ingeniería Eléctrica, Relaciones Laborales y Recursos Humanos.
El informe apunta, además, que la oferta de másteres en la ULE está «sobredimensionada», con una demanda que no supera el 50%, sobre todo llamativa en las áreas de Ciencias de la Salud e Ingeniería. La oferta en estos estudios se incrementa hasta en 300 plazas desde el curso 2011/2012 y la matrícula de nuevo ingreso no supera el 36%.
El Consejo de Cuentas explica en su informe que el «excesivo» incremento en el número de titulaciones en todos los campus públicos de la Comunidad se debe principalmente a la adaptación de las universidades al Espacio Europeo de Educación Superior, con una demanda de alumnos «no suficiente» para cubrir la amplia oferta.
Constata en el documento que, en general, el número de estudiantes bajó un 16% en el periodo comprendido entre los años 2011 y 2015, sobre todo, entre los que proceden de las provincias de la propia autonomía.
Entre las recomendaciones del informe, pide a las universidades públicas que «adapten la oferta de plazas a la evolución real de los datos corrigiendo los desajustes detectados». También reclama que escuchen las demandas de los propios estudiantes, tanto los de la Comunidad como de otras procedencias, con el objetivo de mantener los niveles de matrícula. Y a la Junta le sugiere la aprobación de una programación universitaria en la que se incluyan enseñanzas, servicios y actividades y el mapa oficial de titulaciones.