TRIBUNALES
Condenado a seis años de cárcel por la agresión sexual de San Mamés
La Audiencia cree que los whatsapps que cruzaron el acusado y la víctima prueban el delito .
miguel ángel zamora | león
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de León ha condenado a una pena de seis años de prisión como culpable de un delito de agresión sexual a un joven que contaba 20 años en el momento de los hechos y al que se considera autor del episodio denunciado por la víctima, con la que había tenido una relación sentimental ya finalizada.
El apartado de hechos probados del fallo, que obra en poder de este periódico, considera que el procesado se encontraba junto a otros amigos en el parque de San Mamés de la ciudad el 14 de septiembre de 2014 y sobre las 22,30 horas se ofreció a llevar a la víctima, de 18 años de edad, hasta su casa.
Tras iniciar la marcha, el condenado detuvo el vehículo en un descampado del área de Navatejera y ambos comenzaron hablar, proponiendo el varón a la víctima que pasase a los asientos de atrás, a lo que la muchacha accedió. Acto seguido el joven cogió del maletero una bolsa que contenía unas bridas y le dijo a ella que extendiera las manos y que cerrase los ojos porque le iba regalar una pulsera. Ella lo hizo así y en ese momento el sospechoso le ato las muñecas con las bridas que había cogido del maletero, se colocó encima de ella y utilizando la fuerza la sometió a diversos tocamientos en sus zonas íntimas, para satisfacer una apetencia sexual.
VOCES Y GRITOS
La joven comenzó a vocear hasta que el acusado le soltó las bridas y las corto con unos alicates. Después y ante el enojo de la afectada por lo sucedido, cesó en su actuación y la llevo en su vehículo hasta su casa, a donde llegó con los leggins rotos como consecuencia del hecho, pese a que no contó lo que había sucedido a su tía hasta el día siguiente. Dos días más tarde lo denunció en comisaría.
El tribunal considera que la víctima explico de forma coherente y detallada lo ocurrido y reconoció que habían sido pareja durante algunos meses, pero que el día de autos no quería mantener relaciones sexuales con él porque tenía novio.
SIN ÁNIMO ESPURIO
La defensa del procesado no puso de manifiesto ánimo espurio alguno. Además, el relato de la denunciante parece coherente y detallado y está rodeado de datos periféricos corrobora dores, como los mensajes de WhatsApp que ambos cruzaron la misma noche del suceso, después de llegar la joven a su casa que se han unido a las diligencias y que las dos partes reconocen como verdaderos. En ellos la muchacha se muestra enojada por lo que le ha hecho y le dice: «Te pasaste mucho, tengo las muñecas reventadas, no creí que fueses así, te lo juro. Es que encima me ataste, tío». Por su parte el acusado se manifiesta en esos mensajes arrepentido y le pide perdón.
La declaración de la denunciante se corresponde con el contenido de los WhatsApp. Además aparece corroborada por los testimonios de su tía y de su prima, que oyó esa misma noche cómo su sobrina hablaba por teléfono con otra persona y se referían a denunciar algo. Su prima vio que traía los leggins rotos y el informe psicológico forense no encuentra anomalías psicológicas ni simulación.