Diario de León

Quince años con el euro encarecieron la vida un 32%, pese a que ocho han sido de crisis

El incremento de precios se centra en los productos básicos y la vivienda, pese al desplome tras la burbuja inmobiliaria.

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maría j. muñiz | león

Hace ahora justo 15 años los leoneses hacían colas en las entidades financieras con una enorme curiosidad por tener en sus manos los nuevos billetes y las relucientes monedas llamadas a sustituir a las pesetas y los duros. Bancos y cajas de ahorro (entonces estaba muy lejos imaginar que éstas podrían desaparecer) regalaban a sus clientes calculadoras con conversores y la ciudadanía se afanaba en calcular el nuevo coste de los productos, cuyos precios se mostraron durante meses en pesetas y euros, para ir acostumbrando el ojo y el bolsillo a la moneda única.

Quince años que comenzaron con la ilusión de la unión monetaria, y de los que ocho han transcurrido enredados en la crisis y la sucesión de recesiones económicas. Lo que no ha impedido que el coste de la vida se haya disparado en este período. Incluso si se tiene en cuenta que muchos productos y servicios han rebajado sus precios tras tantos años de dificultades.

El redondeo disparó los precios y la bonanza económica consintió el despegue del coste de productos y servicios. La crisis posterior no ha puesto coto al incremento que han seguido sumando sobre todo los productos básicos de consumo de los hogares. La crisis ha reducido las rentas de los leoneses, pero los precios han seguido en general su escalada. La peseta se fue con el inicio de 2002, pero el euro ha traido rodando un incremento del coste de la vida que, visto lo ocurrido en estos tres lustros, no deja de ser complicado de explicar.

Rentas actuales

El actualizador de rentas del Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que 6.000 euros de 2002 equivalen a 7.926 euros a día de hoy, es decir, un 32,1% más. En estos quince años la inflación se ha cebado especialmente en las bebidas alcohólicas y el tabaco, que han más que duplicado sus precios (se incrementaron un 105,3%). Pese al estallido de la burbuja inmobiliaria y el desplome de precios de los últimos años, lo relacionado con la vivienda cuesta hoy un 56% más que antes de la entrada en vigor de la moneda única; y también a pesar de que el consumo privado se ha visto especialmente frenado con las dificultades económicas el coste de hoteles, cafés y restaurantes se ha incrementado un 46%.

No pocas críticias ha centrado el hecho de que pese a las dificultades de las familias, especialmente por las enormes cifras de parados, los alimentos básicos hayan sido uno de los productos que más han subido. Un 40% de media en estos quince años. También un 30% se han encarecido la ropa y el calzado; más del 41% el transporte y casi un 67% la enseñanza. Sólo han bajado de precio las comunicaciones y el ocio y la cultura.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera que su estudio anual sobre el coste de la cesta de la compra es un buen termómetro para conocer cómo se ha encarecido el coste de los productos básicos que consumen los hogares. En 2001 una familia media gastaba en su cesta básica (algo más de 200 productos, sobre todo de alimentación, que se adquieren de forma habitual) 765.378 pesetas, es decir, 4.600 euros. En el estudio de este año esta cesta tiene un coste de 4.850 euros, 250 más por familia. Con una matización: en 2011 el coste de estos productos en cada hogar era de 6.800 euros. Los consumidores han rebajado con fuerza su gasto, y se han decantado por productos más económicos.

La Encuesta de Presupuestos Familiares del INE ofrece los primeros datos a partir de 2006, y es en todo caso buen ejemplo para comprobar cómo se ha comportado el gasto privado durante los años de crisis. El gasto medio por persona se redujo en esos diez años desde los 11.104 a los 10.960 euros. Los ciudadanos han incrementado sin embargo el presupuesto que destinan a alimentación, hasta los 1.530 euros (49 euros más de media); han aumentado el dinero que dedican a las bebidas alcohólicas (71 euros) pero han reducido el del tabaco (hasta 137 euros).

También gastan menos en ropa (415 euros, 168 menos que en 2006) y en calzado (143 euros); pero han subido los alquileres (hasta los 2.500 euros) y los servicios relacionados con la vivienda, como el agua o la basura, a lo que se dedican 309 euros, cien más que en 2006.

Entre los capítulos que más se han encarecido están la electricidad y los combustibles (un 34%), y se gasta más en medicamentos y en transporte público, en seguros y sobre todo en educación. Se ha encarecido especialmente la educación infantil y la universitaria.

En cambio se gasta menos en electrodomésticos, en vehículos, en informática y en prensa y librería. También en comidas y bebidas fuera del hogar, que sin embargo suponen un gasto cercano a los 1.000 euros por persona, un 10% del gasto medio total.

También el precio de la vivienda se ha encarecido en León durante la vigencia del euro, y ello a pesar de que el sector inmobiliario ha sido uno de los que ha sufrido los efectos de la recesión con mayor virulencia. Según los datos del Ministerio de Fomento, en 2002 un piso medio en la provincia costaba unos 93.000 euros (15,6 millones de pesetas). En 2007, justo antes del estallido de la burbuja, ese precio se había incrementado hasta los 144.000 euros, un 55% más en sólo cinco años.

El último dato de las estadísticas ministeriales de pisos deja el precio medio actual de la vivienda libre en 109.000 euros. Es un 24% menos que al inicio de la crisis económica; pero un 17% más que cuando los leoneses compraban sus pisos aún en millones de pesetas.

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