los edificios más altos del alfoz
Vivir rozando el cielo de la ciudad
Trobajo posee seis ‘rascacielos’ de once a 16 plantas en los que viven casi 3.000 personas y son demasiado altos hasta para los Bomberos .
pilar infiesta | san andrés
Dicen que los rascacielos afianzan la identidad de una ciudad al convertirse en hitos visuales que orientan a los ciudadanos y vertebran el urbanismo. El ejemplo más célebre es Nueva York, una megalópolis que forjó su mito gracias, en parte, al crecimiento de decenas de torres a principios de siglo XX. Como en todo, la ciudad vertical también posee sus detractores, pero en San Andrés del Rabanedo la construcción en altura, plasmada en las seis torres más elevadas del alfoz leonés, sirvieron para dar alojamiento asequible a decenas de trabajadores, muchos de ellos ligados al ferrocarril.
No alcanzan la dimensión del Burj Khalifa de Dubái (Emiratos Árabes Unidos), considerado el techo del mundo con sus 828 metros, pero se elevan entre 11 y 16 plantas y ofrecen residencia a casi 3.000 de las 32.000 personas del municipio. La Casona de Pinilla es la que aglutina mayor número de viviendas, 290, en sus 13 pisos; y el de mayor altura, el edificio El Faro, con 16 plantas y ático en las que se ubican 102 viviendas con vistas a Párroco Pablo Díez. Cerca, en el cruce de esa avenida con Gran Capitán se levantan otros tres inmuebles de 12 plantas cada uno, que suman 192 viviendas. En la calle La Luz emerge el ‘hermano menor’, de 11 pisos y 160 habitantes.
Todos estos mastodontes se sitúan en la localidad de Trobajo del Camino y son demasiado altos hasta para los Bomberos, que manejan un camión grúa (gadget) con brazo articulado que teóricamente alcanza una altura de trece pisos, aunque es inferior si hay que anclarlo lejos de las llamas y, también, si debe retorcerse para acceder a patios interiores.
El parque residencial de San Andrés engloba 16.360 viviendas, de las cuales 5.071 son unifamiliares (el 31%) y 1.403 pisos en alquiler (8,58%). Desde la década de los 60, en que añadió 1.498 pisos (9,2%) ha ido creciendo. En los 70, con 1.840 viviendas, (el 11.2%); en los 80, al incorporar 2.086 casas, (el 12.8%); mientras en los 90 se ganaron 3.561 (el 21.8%) y entre 2000-2009, se construyeron otros 6.018 pisos (el 36,8%). Donde sólo había terrenos rústicos, a partir de los años 40 del siglo pasado comenzaron a edificarse lo que hoy son los barrios de Pinilla, Paraíso Cantinas y La Sal. En cuanto al primero, los falangistas querían construir un barrio modesto a las afueras de León y en 1942 lo consiguieron. Se levantaron las dos primeras viviendas con terreno en la actual glorieta de Carlos Pinilla, donde hoy se abren las cafeterías Babia y Longa. Dos casas que constituyeron la puerta a un nuevo barrio, construido en seis fases. Las tres primeras, de viviendas unifamiliares y fincas cada vez más pequeñas. La cuarta, ya de bloques de tres alturas con distintas medidas, «según fuera más o menos afín el solicitante al Sindicato Vertical». De los 10.000 vecinos actuales de Pinilla, la mayoría continúan siendo los originales o sus descendientes. Curiosamente, la fase 5 del barrio sirvió para ubicar, sobre todo, a los desalojados de Riaño, al crearse la presa que inundó sus pueblos. Son bloques ya de cuatro alturas, situados junto al hospital San Juan de Dios, que inauguró Martín Villa. La sexta fase está pegada al antiguo paso a nivel de San Andrés, aunque su edificio más conocido es La Casona. Por su parte, Paraíso Cantinas surgió en los años 20, con los primeros empleados de la compañía Renfe, al igual que más tarde La Sal, cuya expansión siempre ha estado ligada a las vías del tren.