EL NUEVO MODELO AGRANDA LA BRECHA DEL DESARROLLO
Déficit de capital humano y micropymes lastran la economía del conocimiento
Internacionalización y competitividad en maquinaria, biotecnología y agroalimentación centran las ventajas locales.
maría j. muñiz | leon
El desarrollo de la economía del conocimiento, llamada a sustituir al modelo productivo anterior a la crisis económica, se basa en la capacidad de disponer de maquinaria tecnológica y tecnologías de la información y la comunicación (TIC), pero también en disponer de un capital humano de alta cualificación, y un sistema empresarial innovador capaz de emplear de manera productiva estos conocimientos. Y para ello se requieren directivos y, sobre todo, una clase empresarial suficientemente formada. Son algunas de las bases que analiza el informe La competitividad de las regiones españolas ante la economía del conocimiento, elaborado por el Ivie y el BBVA. En los últimos años todo el país ha avanzado en formación y tecnología, pero lo ha hecho de manera más rápida en aquellas regiones que ya estaban más adelantadas, lo que se traduce en un aumento de la brecha en la capacidad de competir y generar riqueza y empleo.
La economía leonesa muestra debilidades importantes a la hora de subirse al carro del conocimiento. Los esfuerzos por convertir a la provincia en un polo tecnológico (desde el punto de vista institucional, con el Instituto Nacional de Ciberseguridad; y desde el empresarial, con el Cluster en Ciberseguridad y Tecnologías Avanzadas), no se ven acompañados con la suficiente transformación en el nivel educativo de los trabajadores y empresarios, ni tampoco en la consolidación de un tejido empresarial capaz de asumir los cambios tanto de forma transversal como a la hora de invertir en I+D.
Ello a pesar de que el informe destaca como uno de los principales factores de competitividad la internacionalización de las empesas. Las exportaciones leonesas se han multiplicado en los últimos años, y lo han hecho además de la mano de sectores intensivos en innovación, como la maquinaria, la biotecnología o la agroalimentación.
no intensivos en tic
Según el informe, el uso del conocimiento se ha intensificado de forma general, pero muy desigual, lo que ha determinado la manera de reducir las consecuencias de la crisis y también de reactivar la recuperación. En todo caso la economía española sigue estando especializada en sectores no intensivos en el uso de las TIC, y «su aprovechamiento requiere personas dotadas de cononicimientos y competencias apropiadas»; así como de la capacidad de las empresas para atraer el talento.
El aumento de personas con formación superior ha sido constante, y es uno de los determinantes que analiza el informe como básico para desarrollar la economía del conocimiento .
Pese a presumir de tener la generación mejor formada de su historia, el porcentaje de universitarios entre los trabajadores leoneses es hoy uno de los déficits de la economía local. Según los datos del Anuario Estadístico de Castilla y León, el porcentaje de universitarios entre los leoneses no llega al 22%, lejos del 26% de media en la Comunidad, que se sitúa también por debajo del 27,54% de media nacional. Porcentaje que se concentra además en zonas como Madrid, el País Vasco y Navarra, lo que determina la productividad de su nuevo sistema económico.
Otro de los principales obstáculos de la competitividad es su tejido productivo, «la dimensión de sus empresas, la calidad de su gestión y su internacionalización. El tamaño medio de las empresas españolas limita su productividad porque representa un freno para incorporar más capital humano y capital tecnológico». Además, «un mayor peso de las emprresas grandes va asociado a una mayor presencia de directivos profesionales en la toma de decisiones, equipos más cualificados y mayores niveles de productividad».
En el caso de León, el porcentaje de micropypmes no sólo no se ha reducido, sino que se ha incrementado durante el período de recesión económica. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el número de empresas con menos de 10 trabajadores ha pasado del 95% del total de las de la provincia al 97%, y crece sobre todo el porcentaje de las que no tienen empleados.
El informe señala que la competitividad de las regiones depende de «rasgos de sus tejidos productivos como la dimensión de las empresas, la calidad de su gestión y su internacionalización. El tamaño medio de las empresas españolas limita su productividad, porque representa un freno para incorporar más capital humano y capital tecnológico». Además, las empresas grandes «tienen mayor presencia de directivos profesionales en la toma de decisiones, equipos más cualificados y mayores niveles de productividad».