León resolverá el contrato del Palacio de Congresos ante la falta de más de 10 M€

ÁLVARO CABALLERO | LEÓN

No habrá Palacio de Congresos. Al menos por ahora, León se tendrá que conformar con el Recinto Ferial, que estará terminado en primavera, y el edificio anexo del Palacín, inaugurado en 2011 pero sin apenas uso. No hay dinero para más, según los cálculos de los responsables del Ayuntamiento de León, que estiman que el agujero supera con creces los 10 millones de euros. La situación, insoportable ya, hace que desde el consistorio se haya avanzado ayer a la UTE adjudicataria, formada por FCC y Dragados, que la intención es resolver el contrato que les une. Más allá, se abren dos posibles horizontes: redefinir los planos del arquitecto Dominique Perrault para la rehabilitación de la antigua Azucarera Santa Elvira, lo que permitiría sacar a contrato un nuevo proyecto con un presupuesto más reducido, o negociar con la Junta y el Gobierno para que aporten más dinero y se pueda cumplir con lo que estaba previsto, según admiten desde el equipo de gobierno municipal.

La solución se presenta difícil. Una vez liquidadas las certificaciones del recinto ferial quedarán apenas 16 millones de euros disponibles, entre lo que resta en caja y lo que les queda por aportar a las tres administraciones públicas que participan en el proyecto. La bolsa es insuficiente para poder ejecutar el Palacio de Congresos y la urbanización del entorno, cuyo presupuesto alcanza los 24 millones de euros. Pero no sólo se deben de tener en cuenta esta factura. León tiene que apuntar a mayores la factura de los entre 2,5 y 4 millones de euros que costará la construcción de la plaza, todavía en fase de definición, y los costes de indemnización a Dragados y FCC por el abandono del contrato, que se estiman en cerca de 1,2 millones de euros, entre el lucro cesante y el más de medio año de retraso del plazo de entrega por razones no imputables al constructor de la obra.

Las cantidades están sobre la mesa de la Concejalía de Urbanismo, que debe afinar ahora en la negociación con las adjudicatarias, que han comunicado que no podrán entregar el ferial hasta abril, en contra del criterio de los técnicos municipales que entienden que debe estar listo en abril. La diferencia se traduce en dinero, puesto que cada mes que corre se incrementa la cuenta a la que hay que hacer frente, una vez superada la prórroga que venció en octubre pasado.

Esta será la primera ‘batalla’ que librar para el Ayuntamiento. Pero no la única. La entrega del recinto ferial no sirve de nada si no se urbaniza la plaza que lo une con la calle Gómez de Salazar, de cara a la ciudad y a la estación del ferrocarril. Esta área de 40.000 metros cuadrados, ahora convertida en escombrera y depósito de los materiales de la obra, ni siquiera tiene proyecto redactado por el momento. El arquitecto Dominique Perrault, cuyos honorarios por la redacción del Palacio de Congresos y la dirección de la obra superan los 5,2 millones de euros, reclama ahora otros cerca de 200.000 euros por la definición de los planos. De este diseño depende cuál será la factura, como admiten desde el equipo de gobierno, que insiste en que el plazo de ejecución rondará los 4 meses, lo que hace augurar que podría finalizarse antes de final de año. Si se cumpliera, las instalaciones construidas bajo la cubierta fotovoltaica podrían inaugurarse en 2017.

Este cumplimiento se complica por la necesidad de tener que sacar la obra a concurso público, como ha obligado la Intervención, que cerró la puerta a que se tramitara como un complementario y defendió los principios de eficacia, eficiencia y economía para abaratar la factura ante la concurrencia de más empresas.

Con independencia de este concurso, el Ayuntamiento tendrá que convocar otro. No será antes de que decida cómo resolver la rehabilitación de la antigua Azucarera Santa Elvira para convertirla en la nave del Palacio de Congresos. De momento, queda en suspenso.