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DE HOSPITAL A GERIÁTRICO ■ CAMBIO DE USO DEL EDIFICIO

La reconversión de la clínica Otazu en residencia de mayores creará 40 empleos

El grupo Clece, que ya tiene otros ocho centros en la provincia, invertirá 2,8 millones y ofertará 77 plazas

Las obras para reconvertir la clínica en residencia de ancianos comenzaron esta semana con los primeros derribos. F. OTERO PERANDONES

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León

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M.C.C./A.G.P. | Redacción

Tres años después de su cierre —después de medio siglo largo de actividad en la sede de la calle Lancia—, los nuevos gestores de la vieja clínica López-Otazu acaban de iniciar las obras para reconvertir el inmueble en residencia de ancianos. El grupo Clece, presente en tres países con un conglomerado de servicios, ha conseguido rubricar con la familia propietaria un contrato de alquiler del edificio por 22 años y tiene previsto invertir 2,8 millones de euros para acondicionarlo y dotarlo con 77 plazas y todas las infraestructuras necesarias para atender a los mayores. Según fuentes de la propia empresa, que ya cuenta con otras ocho residencias de ancianos en la provincia, su centro en la capital podrá abrir a finales de este mismo año con 40 empleados.

Todas las plazas estarán preparadas para atender a asistidos, aunque la oferta incluye también a los no asistidos. Clece, con cerca de 10.000 mayores atendidos en sus centros y residencias, diseña sus espacios bajo la óptica del programa «En mi casa», con el objetivo de que los ancianos dispongan de una atención más personalizada y adecuada a sus gustos, en aspectos como su habitación, la comida o las actividades. Entre sus innovaciones, cuenta con terapia con animales, musicoterapia, hortofruticultura o geocahing.

Con la residencia de la calle Lancia en la capital, el grupo suma su noveno centro en la provincia, donde gestiona espacios de similares características en La Baña, Bembibre, Toreno, Benavides de Órbigo, Riello, Rioseco de Tapia, Sahagún y Villaornate. Fuentes de la empresa explican también a este periódico que la ubicación del edificio, en pleno centro de la ciudad, fue determinante en su decisión de apostar por esta clínica para su reconversión en residencia de ancianos.

El Ayuntamiento había liberado al viejo hospital —a comienzos del otoño de 2014— de su uso sanitario, lo que permitía su reconversión para cualquier otra dedicación salvo el de espacio para viviendas. Consta de semisótano, planta principal y cuatro alturas, en la última hay un acceso por otra escalera para una casa familiar allí ubicada. La clínica tenía capacidad para albergar a 45 pacientes, además de consultas, quirófanos y paritorios, también espacios comunes y áreas de servicio.

Este inmueble, ubicado en el número 4 de calle Lancia, contaba en el PGOU de 2004 con la calificación de uso sanitario asistencial, posteriormente modificado por el pleno del Ayuntamiento a petición de la familia propietaria, con el objetivo de hacer más atractivo el edificio en el mercado de la venta y el alquiler.

El contrato rubricado con el conglomerado Clece permitirá a esta compañía, presente en España, Portugal y Reino Unido con 73.000 trabajadores y más de un millón de clientes/usuarios, gestionar el viejo edificio durante 22 años en régimen de arrendamiento. Además de labores sociales y asistenciales, el grupo oferta innumerables servicios a empresas e instituciones —desde su nacimiento en 1992— ligados a la eficiencia de edificios, proyectos educativos, de sostenibilidad, energéticos, cuidado del entorno o gestión de trabajos en aeropuertos...

Si las previsiones de la multinacional se cumplen, a expensas de trámites burocráticos y su calendario, tiene previsto poner en marcha la nueva residencia de ancianos en León a finales de este mismo año.

El fin de los conciertos para realizar operaciones en centros privados —decididos por el Sacyl— puso fin a la vida de la vieja clínica en otoño de 2013. En la última época su ocupación media no pasó de los veinte enfermos, tenía plazas para 45. La ocupación del último año se centró fundamentalmente en la atención de casos de ancianos con enfermedades crónicas enviados desde el Hospital de León, por los que la Consejería de Sanidad pagaba al centro 76,36 euros por día de estancia.