La igualdad empieza desde ahora mismo

maría j. muñiz | león

La mejor evidencia de la desigualdad es la inabarcable ristra de iniciativas por la igualdad que ayer adornaron declaraciones institucionales, políticas y asociativas. Una interminable lista de buenas intenciones, decoradas con fotos y manifiestos, que sobre todo pone de relieve la implacable realidad de que es muy difícil cambiar la dinámica de las cosas como están el resto del año. Y no están como debieran. No como obligan las leyes ni la Constitución. Ni las declaraciones de derechos humanos ni el sentido común. La dinámica, más allá de los 8 de marzo abarrotados de variopintas iniciativas, no deja de ser la del cinismo que sentencia el todavía espejismo de una igualdad teórica (lo dicen las leyes, teoría de la igualdad, igualdad en la teoría); que tiene en la práctica una limitada voluntad de alumbrar un mundo laboral, social, familiar, científico, cultural, técnico, o del ámbito que se quiera, sin discriminaciones.

Los mensajes lanzados a la opinión pública ayer son tan imposibles de recoger en su totalidad como fáciles de resumir en su contenido y declaración de intenciones. Como tan sencillos son en la teoría de sus reivindicaciones. Igualdad. Derechos. No discriminación. No violencia. No techos (mentira, no son de cristal).

A nivel institucional los mensajes de lucha contra la desigualdad, la violencia machista y la brecha salarial acapararon ayer las declaraciones y manifiestos; junto con los mensajes de denuncia de la precariedad del mercado laboral.

En las Cortes de Castilla y León se paró cinco minutos el pleno para recordar que «un poco más de igualdad no es igualdad».

En la capital leonesa se celebró una concentración a las 12.00 horas en la plaza de Botines, para llamar la atención sobre el «paro de empleo, cuidados y consumo» que secundaron mujeres de más de 40 países.

A media tarde, alrededor de un millar de personas participaron en la manifestación convocada bajo el lema León se viste de malva, y participaron en el fotocall por la igualdad, en la plaza de San Marcelo. Se trata, según las asociaciones feministas convocantes de los actos. de «reivindicar y visibilizar las discriminaciones y violencias» que sufren las mujeres.

«Otra vez debemos reivindicar lo que debería ser obvio, de justicia. A recordar que nuestros derechos los defendemos cada día, que los países, los pueblos, las sociedades, no son justas, ni crecen, ni se desarrollan, ni se expanden, si no se tienen en cuenta las reivindicaciones feministas», señala el manifiesto.