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RELEVO EN EL PP DE CASTILLA Y LEÓN

El caos del PP de León sólo permitirá votar hoy al 5% de los 13.350 afiliados

El descontrol en el cobro de cuotas da a Génova la excusa para fiscalizar el censo de inscritos

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León

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m. romero/ Á. CABALLERO | LEÓN

Ni 13.350 afiliados, que son los que figuran en el listado oficial con carné; ni 1.556, que fueron los que se inscribieron para poder participar en el proceso. El caos en el PP leonés hace que hoy apenas puedan participar en las primarias del PP de Castilla y León, en las que Antonio Silván pugna con Alfonso Fernández Mañueco, como mucho entre 800 y 900 votantes de León. Rebasan por poco el 5% del total. Eso, si se cumplen las cábalas que se hacían a última hora de la noche de ayer, cuando todavía se intentaba cuadrar la regularización de las afiliaciones. En la revisión estuvieron presentes los dos observadores que envió la dirección nacional de Génova a la sede del paseo de Salamanca para certificar el pago de las cuotas atrasadas. No los mandó a Salamanca, donde el adversario del alcalde de la capital leonesa parte con 1.474 censados, el 21,8% de su total, ni a ninguna de las otras siete provincias de la Comunidad, en la que el censo que se cerrará hoy rondará las 7.000 personas.

Pero ni siquiera habrá cifras exactas del censo hasta hoy mismo, a pesar de que las urnas se abren entre las 17.00 y las 21.00 horas. El desbarajuste del proceso, que redefinió las normas sobre la marcha el pasado lunes, hizo que ayer por la tarde el presidente del comité electoral, Raúl de la Hoz, saliera a ofrecer un cuadro con dos interrogantes: 450 afiliados por regularizar en Valladolid, que sumaría en total 1.627; y 175 en León, que llegaría a los 791.

No se ajustan a los números ofrecidos desde la sede provincial del PP leonés, que anoche daba por buenas 180 regularizaciones y calculaba que otro centenar se podrán demostrar hoy: una docena correspondientes a parados que estaban exentos, 30 pagos en los que no figuraba el ordenante y otros 50 en los que no existía apunte bancario en la cuenta de la formación aún pero que habrían confirmado la transferencia. Pese a que se dieran por buenas, sería poco más de la mitad de los que se inscribieron.

Fuera quedaron 198 descartados cuyo ingreso fue insuficiente para cubrir la deuda, que se zanjó al final en 120 euros para los que tenían pendientes todas las cuotas. No entraron tampoco los que ni siquiera intentaron saldar el débito, ni sobre todo la gran mayoría de los jóvenes de Nuevas Generaciones, donde sólo 99 de los más de 400 inscritos pagaron el peaje de 15 euros que les impuso el comité electoral en la noche del pasado lunes, a pesar de que los estatutos establecían que estaban exentos.

La cifra optimista de entre 800 y 900 votantes no evita que sean poco más del 5% de los 13.350 afiliados que hay en el listado del PP de León; la tasa porcentual de participación más baja de todas las provincias de la Comunidad. El requisito de estar al día del pago de las cuotas ha desnudado el caos orgánico de los últimos años en la formación presidida por Eduardo Fernández, quien ayer se excusó en que «el sistema informático funciona en automático y cuando se devuelve un recibo no vuelve a girarse la domiciliación». Esta situación, sumada a la purga de la etapa anterior en la que se había restringido la vida interna del partido a un grupo de confianza, hizo que las primarias se encararan sin apenas base regularizada y con el tiempo muy limitado para poder hacerlo. Más de 12.000 afiliados se enfrentaban a tener que pagar entre 120 y 155 euros para poder votar en primarias.

Con este escenario, el presidente del comité, Raúl de la Hoz, muy vinculado a Fernández Mañueco, rechazó ayer las acusaciones de pucherazo dirigido desde el aparato. «Me llama la atención que se pueda decir que hemos eliminado a 1.000 personas de un censo que hemos tenido hace media hora», insistió el dirigente castellano, quien abundó en que en la provincia leonesa hay «algunos que están tratando de hacer responsables a otros de cuestiones que nada tienen que ver con las funciones atribuidas al comité organizador» con el ánimo de «desviar la atención».