VISIÓN LEONESA EN LONDRES
El ‘brexit’ aumenta la incertidumbre sobre los 1.233 leoneses ‘atrapados’ en Reino Unido
Los españoles empiezan a organizarse para hacer frente a una nueva situación en la que nadie sabe muy bien lo que va a pasar tras la desconexión británica de la UE.
m. c. cachafeiro | león
El ‘brexit’ siembra dudas entre los españoles y especialmente entre las 1.233 personas que estaban empadronadas en León y que ahora viven en el Reino Unido, según datos del Instituto Nacional de Estadística, el INE, a 1 de enero de este año, aunque la cifra no oficial sea mucho mayor, ya que el Ministerio de Asuntos Exteriores no tiene contabilizados por este sistema provincializado los consulados en Londres y Edimburgo.
«Es muy difícil dar una opinión ahora, porque acaba de empezar el proceso», explica desde Leeds el vallisoletano David Casarejos, que por decisión de la Embajada española en Londres se encargará de coordinar la ayuda en este proceso a los numerosos compatriotas de esta zona británica.
Desde el sábado, según cuenta, opera por Internet una ventanilla de información oficial, «ya que el embajador quiere conocer nuestra opinión», añade este experto en temas de desarrollo e infraestructuras, que lleva en el Reino Unido desde el año 1998. «Los ingleses saben de su estatus y son conscientes de que necesitan trabajadores extranjeros; como dato, el 10% de los trabajadores de lo que aquí es el sistema de salud son de otros países, muchos de ellos españoles».
Ese temor, por un lado, y esa falta de respuestas, por otro, copan la opinión generalizada entre los leoneses consultados por este periódico. Tampoco es que les invada el miedo, pero nadie sabe a ciencia cierta qué puede pasar.
Tras la puesta de largo del ‘brexit’ el pasado miércoles, y más allá de las grandes cifras, la desconexión británica del club europeo afectará en mayor o menor medida —dependerá del acuerdo final— a los trabajadores españoles en las islas, a la cobertura sanitaria de quienes viajen allí o a proyectos europeos como el programa Erasmus. Y es que, como bien han aclarado las autoridades españolas, la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa lo único que hace es poner en marcha un proceso que puede prolongarse hasta dos años. Es decir, que durante este periodo Reino Unido seguirá formando parte de la UE y por tanto no se producirán cambios. Otra cosa es cuando el país británico abandone de manera efectiva la UE, informa Colpisa.
¿Qué está en juego? Trabajo y residencia. Uno de los principales miedos a los que se enfrentan los ciudadanos comunitarios en el Reino Unido se refiere a su permiso de residencia. En el país hay aproximadamente 200.000 españoles censados, aunque la cifra podría ser sensiblemente superior. Una gran parte de ellos están allí por razones laborales. Sin embargo, el Parlamento británico rechazó hace unos días garantizar los derechos de los ciudadanos comunitarios establecidos legalmente, lo que ha provocado el temor entre los emigrantes a convertirse en personas de segunda clase. Una solución para evitar este problema es conseguir la residencia permanente. Sin embargo, los requisitos para obtenerla no son sencillos. Es necesario haber cotizado en el país durante cinco años. En caso contrario, se exige que haya contratado un seguro sanitario privado. Esta situación deja en el limbo a muchos ciudadanos comunitarios. Erasmus e investigación.
Otra de las consecuencias de la salida del Reino Unido de la UE tiene que ver con su participación en distintos proyectos europeos. Es el caso del programa Erasmus a través del cual miles de universitarios cursan parte de sus estudios en centros de otros países. En España lo usaron 37.500 estudiantes en 2016. Con el ‘brexit’ la adhesión del país británico a este sistema de movilidad académica, creado en 1987, queda en el aire. No es imprescindible formar parte de la UE para participar en este programa. De hecho, Noruega, Suiza o Turquía son países Erasmus. Dependerá de la negociación final.