Diario de León

Más de 300 jóvenes han sido identificados en botellones en un año en la ciudad

Multas o trabajos para la comunidad son las sanciones a las que se enfrentan los menores

Botellón en la zona del río. MARCIANO PÉREZ

Botellón en la zona del río. MARCIANO PÉREZ

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El Grupo de Menores de la Policía Local de León (Paidós), creado en junio de 2008 en la Policía Local de León, realizó el pasado año 79 intervenciones por consumo y tenencia de bebidas alcohólicas, seis en lo que va de año, e identificó a 310 menores.

El concejal de Seguridad y Movilidad, Fernando Salguero, señala en un comunicado del Ayuntamiento de León que la sanción a un menor por beber alcohol es de 150 euros, que el Ayuntamiento permite sustituir por cuatro horas de ‘trabajos para la comunidad’ en el Coto Escolar o en el Vivero Municipal.

El pasado 24 de marzo en los depósitos de agua de la Carretera de Asturias la Policía Local identificó a un grupo de chavales bebiendo alcohol alrededor de una hoguera.

Es la nueva zona de moda para quedar de botellón y los agentes identificaron a 21 menores, todos ellos nacidos ya entrado el siglo XXI. A partir de ese momento comienza el trabajo para los agentes del Grupo de Menores de la Policía Local (Paidós), que cada fin de semana se ocupan de controlar el consumo de alcohol y drogas en los jóvenes de la ciudad.

Paidós (niño en griego) fue el nombre elegido en junio de 2008 para poner en marcha el Grupo de Menores de la Policía Local de León. Nueve agentes, ocho policías y un oficial, se encargan desde entonces de la atención, la protección y la vigilancia de los menores de 18 años en la ciudad.

El concejal de Seguridad y Movilidad señala que éste es un grupo especializado que realiza también una importante labor pedagógica, como las charlas en los centros educativos y la presentación por parte del oficial Santiago Llamazares de la Guía para la mejora de la convivencia y la seguridad a cientos de escolares cada curso.

En el caso de los botellones, la Policía Local suele detectarlos a través de las ‘quedadas’ en las redes sociales, de las denuncias vecinales o por la vigilancia de las propias patrullas. Los lugares van cambiando debido a este control policial.

Las zonas de moda

En estos momentos, las zonas donde se concentran jóvenes para beber alcohol están ubicadas en algunas calles de El Ejido (entorno a un par de bares), en los patios de algún centro educativo y en los alrededores de los depósitos del agua de la carretera de Asturias, donde fue localizado el botellón el anterior fin de semana.

En estos casos, lo primero que hacen los agentes, tras comprobar que ningún chaval necesita una asistencia médica urgente, es intervenir el alcohol: las botellas abiertas se vacían y se tira el vidrio al contenedor y las que se recogen cerradas se trasladan al Cuartel de la Policía Local, donde de forma periódica se destruyen cantidades ingentes de alcohol.

En cuanto a los menores, Salguero destaca que «siempre se entregan a los padres». «Se les localiza por teléfono y en algunas ocasiones se les traslada al domicilio familiar, teniendo los progenitores que firmar la ‘entrega’ del chaval con los motivos que han llevado a esa situación», explica.

En el caso de que el menor se encuentre en mal estado, los propios policías le trasladan al Hospital de León para recibir asistencia sanitaria, pero siempre comunicándoselo a los progenitores o tutores».

La comunicación no es siempre fácil y Salguero pone como ejemplo que «en una ocasión, la Policía identificó a 68 menores en una fiesta, por lo que tuvieron que localizar a todos los padres que tuvieron que ir a recoger a sus hijos al Cuartel de la Policía Local». En cuanto a las sanciones, «éstas se derivan de la actuación de alguna de las patrullas de la Policía Local que comprueba los hechos.

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