OBRAS EN LA PLAZA DEL GRANO ■ POLÉMICA EN LA CIUDAD
Las máquinas entran en la plaza del Grano para el ensanche de las aceras
Los integrantes de la plataforma contraria a la obra intentan obstaculizar los trabajos de la segunda fase de recuperación del entorno urbano patrimonial
á. c. | león
Al ruido de la piqueta, los integrantes de la plataforma en contra de la obra del Grano volvieron ayer a primera hora de la mañana a la plaza. Después de semanas de tranquilidad en los trabajos, en coincidencia con la ejecución de la reurbanización de las calles Capilla y Mercado, la polémica resurge de nuevo con la entrada de las máquinas en el interior del recinto para la ampliación de las aceras perimetrales. No son sólo una marca de arena sobre el empedrado para definir su ensanche, sino que en la linde con la trasera de la iglesia se han convertido ya en una zona de exclusión en la que se han empezado a levantar el acerado que estaba compuesto por lápidas del antiguo cementerio municipal de la carretera de Asturias.
El encuentro de las máquinas con los manifestantes provocó que a primera hora de la mañana miembros de la Policía Local tuvieran que levantar del suelo a los cerca de una docena que intentaban obstaculizar los trabajos. Apenas fue una pequeña escaramuza que se resolvió rápido, a pesar de los gritos de los conservacionistas para elevar sus reclamaciones, que quedaron aisladas de la zona de obras por la colocación de unas vallas forradas con malla textil verde.
Esta fórmula es la que se quiere seguir para todo el perímetro de la plaza, donde se guardará una anchura de 1,5 metros, salvo en las confluencias con las calles adyacentes, donde se llegará a los 2,5 e incluso 3 metros de longitud. Esta terreno, defendido como necesario para garantizar la accesibilidad, se gana a costa de perder empedrado.
Para intentar apuntalar sus reivindicaciones, la plataforma mostró ayer una nueva carta de Begoña Bernal, presidenta del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), en la que acusa al Ayuntamiento de León de utilizar «de manera torticera» su comunicación del 18 de enero, en la que exponía que el proyecto de reurbanización de Capilla y Mercado y el ensanche de las aceras resolvía las cuestiones funcionales «planteadas en origen, sin afectar a los valores morfológicos esenciales del entorno del Camino de Santiago y procurando su mejor conservación». Ahora, el colectivo vuelve a su anterior postura, previa a que los técnicos municipales les explicaran la intervención