La licencia del local más cercano no ha caducado, como reclamaban los propietarios
La nueva intentona para reabrir el Trianón se sustentaba en la reclamación de la caducidad de la licencia ambiental del Supernova como «sala de fiestas», aprobada el 26 de abril de 2013. Superados los cuatros años, los dueños del histórico inmueble argumentaban que el establecimiento localizado a menos de 25 metros del suyo, que es el obstáculo normativo, no gozaba ya de permiso. Sin embargo, los técnicos municipales reseñan que mantiene la licencia otorgada el 31 de mayo de 2011 para «discoteca, con ejercicio continuado en el tiempo» y que «no se encuentra extinguida por la mera concesión de la licencia ambiental posterior para sala de fiestas, ya que no se ha procedido a modificar las instalaciones que permiten la actividad previamente concebida».
La diferencia básica entre los dos usos está en que las discotecas «no pueden ofrecer servicios de cocina» y las salas de fiestas, sí; mientras que los «locales multiocio», como pedían los propietarios del Trianón «están habilitados para la realización de dos o más actividades de ocio y entretenimiento compatibles», como recoge la legislación autonómica. Dentro de este último epígrafe, los dueños del histórico edificio insisten en que su intención principal era promover un salón de banquetes con posibilidad de baile posterior, aunque cabría el uso de discoteca.
Frente a esta argumentación de los técnicos municipales, el representante legal de los propietarios insiste en que valoran recurrir ante los juzgados contencioso administrativos la decisión, a pesar de que ya han sido desestimadas sus alegaciones. Los dueños del inmueble defienden que «es una lástima que se esté desaprovechando un edificio histórico por una ordenanza que muchas otras ciudades de Castilla y León, como Astorga o Segovia, han eliminado debido a que generaba más problemas con las licencias de los que en verdad solucionaba». Además, los responsables del edificio recalcan que «es totalmente redundante, pues para el Barrio Húmedo y el Barrio Romántico, que es donde se concentra la oferta de ocio de la capital, ya existe la Zona Acústicamente Saturada que impone estas mismas limitaciones». «Si la ordenanza no se elimina, debería flexibilizarse, o al menos introducirse una excepción para evitar que edificios históricos caigan en desuso», reclaman.