«Hay que dejar de pensar en nosotros mismos ya para pensar en la gente»
—¿Está satisfecho con el resultado del congreso provincial de León?
—Sí.
—¿Se desarrolló conforme a lo que pensaba que debía ser?
—Sí, sí.
—Los carrasquistas buscaron su cobijo y el resultado fue que Silván desapareció del primer plano. ¿Estaba buscado?
—(Se sonríe) Yo creo que eso es una interpretación demasiado complicada de la situación política.
—¿Complicada pero no equivocada?
—Yo creo que es muy complicada. Las cosas a veces son mucho más simples y sencillas de lo que pueda parecer.
—¿Qué pasó en aquella reunión con Juan Martínez Majo y Ricardo Gavilanes? ¿Cuál era el problema?
—Pues no sé porque no estaba. Estuvo el secretario regional. Lo que sí puedo decir, por lo que me han contado todas las partes que estaban allí sentadas, fue una reunión con muy buen tono personal, buena armonía y habría durado 5 minutos aunque duró hora y media. Desde el primer minuto se pusieron de acuerdo. Muchas veces, para eso está la regional, cuando hay distintas diferencias de opiniones, para sentarles y proponerles en qué están de acuerdo.
—Ahora viene la renovación de las comarcales.
—En eso confío en lo que haga la dirección provincial de León. Lo que sí he dicho es que el proceso tiene que acabar antes de final de año. En enero tenemos que continuar con la ruta social, trabajando con el movimiento empresarial. Tenemos que dejar los temas orgánicos y centrarnos en la gente únicamente. Hay que dejar de pensar en nosotros mismos para pensar en la gente de León y de Castilla.
—¿Cree que tendrá problemas porque el partido vaya a ser reivindicativo y fuerte en León, como en la época de Carrasco?
—No. Que sea un partido fuerte nos fortalece a todos. Si el PP de León es fuerte, es más fuerte el PP de Castilla y León. Si es reivindicativo, también es más fuerte el PP de Castilla y León. Por ahí, no hay ningún problema.