Tomate de Mansilla, quesos, miel y garbanzo también esperan su etiqueta
Cuatro productos de la despensa de la tierra trabajan desde hace años para conseguir su propia etiqueta de calidad y formar parte así de la larga nómina de sellos de los alimentos de León. Cuatro productos que en breve podrán unirse a los dieciséis que ya cuentan con un marchamo y acreditan a una de las provincias del país a la cabeza en alimentos certificados con sello.
La Asociación Kesos de León lucha para conseguir tres maras de garantía para sus productos: las elaboraciones con leche de vaca, las de oveja y las de cabra. Su proyecto busca ahondar en las raíces de la producción de queso en la provincia y la recuperación de viejas recetas artesanales de la montaña. Cuenta con el tirón y el entusiasmo de los catorce pequeños productores que se han sumado al plan. El Instituto de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de León realiza los preceptivos estudios nutricionales y técnicos del producto, con el objetivo de establecer para los productores una serie de normas comunes de aseguramiento y control de garantía.
En el caso de las elaboraciones con leche de oveja, está muy desarrollado el formato pata de mulo, mientras que en las que la leche de vaca es la protagonista destacan los semicurados con poco prensado y formato cilíndrico de quince a veinte días de maduración más corta y hasta tres meses.
El tomate de Mansilla de las Mulas es otro de los productos autóctonos que persigue su sello de calidad desde hace años. Se trata de una variedad autóctona que únicamente se cultiva en la ribera del Esla. Rojo, con sabor potente, de piel muy fina y con alto contenido en agua y vitaminas, la promotora de esta hortaliza quiere conseguir la Denominación de Origen (DO).
Este año han aumentado su producción hasta las veinte hectáreas y la cosecha ha sumado un 20% más, con 60.000 kilogramos.
Medio millar de apicultores, censados en la ALA, sustentan el potencial de un sector que también busca la etiqueta de calidad, Miel de León, para revalorizar una producción de excelente origen con una gran proyección de futuro.
Y el garbanzo pico pardal ya está a punto de conseguir la Marca de Garantía (MG). Más de 400 productores cultivan esta pequeña y sabrosa legumbre, principalmente ubicados en las zonas de Astorga, la Cepeda, Sahagún, Tierra de los Oteros, Valdeviejas y Villares.
Un cultivo de secano con la mayor parte de la producción actual consumida en la provincia y fundamentalmente ligada a la gastronomía del cocido maragato. Tiene un sabor mantequilloso y muy tierno.