Una cofradía que se creó en 1663 trata de recuperar su papel
Nuestra Señora de la Piedad y Ánimas del Santo Malvar recibe mañana un homenaje.
miguel ángel zamora | león
La Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y Ánimas del Santo Malvar, compuesta por 117 hermanos en la actualidad, pretende recuperar el esplendor de que gozó en 1663, cuando se fundó y desempeñaba una importantísima labor social a la vera del Hospital de San Antonio Abad «cuando el cementerio estaba en el centro de la ciudad», explica el viceabad, Aitor Álvarez.
La cofradía la instauró Pedro Villafañe «para ayudar a San Antonio Abad que estaba recibiendo muchos enfermos. Se ubicaba en la parte de atrás del Ayuntamiento, junto a la capilla con la Piedad y daba acceso al cementerio. De ahí el nombre de la calle Arco de Ánimas». Por eso mañana jueves, a las 17.30 horas, la concejala de Cultura, Margarita Torres, presidirá el descubrimiento de la placa conmemorativa en recuerdo de los orígenes de la cofradía».
«Hay libros publicados sobre la prolífica historia de la cofradía, pero en los últimos 200 años no ha tenido la repercusión que quizá merecía. Tuvo un peso económico muy importante porque éramos prestatarios económicos, pero las desamortizaciones hicieron daño, aunque había bulas por la acción social en favor de la de la ciudad», recuerda Aitor respecto a la azarosa vida de la cofradía. «En 1922 desapareció el Hospital y el cementerio y nos fuimos a Santa Marina. Por aquel entonces la cofradía la llevaban los párrocos de Santa Marina y desapareció la junta de gobierno. La cofradía no desapareció nunca, pero no se le daba la importancia que merecía», lamentan sus próceres.
Aunque fue perdiendo algunos de sus enseres, se mantuvo con la fiesta de La Visitación (primer sábado después de 31 de mayo) y con Los Difuntos (primer sábado después del 2 de noviembre).
Marcelino González Montiel abad honorario, falleció en 2011 pero dejó un notable legado de impulso a la cofradía: «Actualizamos las actas, los estatutos y fijamos una cuota. Se dieron de baja algunos hermanos, pero nos hemos estabilizado».
Ahora mismo está previsto celebrar dos procesiones anuales en los nuevos estatutos. La de La Visitación con la Virgen de la Piedad y la de Fieles Difuntos, que será una procesión de antorchas. «Este año no se puede llevar a cabo todavía, pero se puede recuperar el año y además queremos hacerlo sacando pellizas. Hace más de cien años que se perdió esta tradición. El objetivo es revitalizar su vida y recuperar lo que teníamos en su tiempo».