Un esfuerzo mayor para evitar la salida al cumplir los 45 años
Los jóvenes que se presentan para ingresar en el Ejército cuentan, generalmente, con el título de la ESO, aunque algunos de ellos han superado también el Bachillerato. Son conscientes de que para continuar con la vida castrense deben seguir preparándose, ya que a los 45 años, el que no se haya convertido en militar de carrera —ascender dentro del escalafón del Ejército—deberá reincorporarse a la vida civil. Desde la Academia Oroel, Yolanda González, destaca que la mayoría de los que se presentan a la prueba tienen entre 18 y 24 años, con una media de edad de 21 y que muchos ya cuentan con permisos de circulación. Explica, además, que aquellos que tienen una formación mayor, como titulación universitaria, se presentan a las pruebas específicas dentro del Ejército que se adecúan más a su formación civil, como pudieran ser médicos o veterinarios militares. Una de las principales dificultades en las pruebas suele ser el cálculo mental y los alumnos deben «implicarse» en el estudio para poder conseguir una de las ansiadas plazas, por las que este año han competido más de 41.000 jóvenes a nivel nacional. En cada grupo, también están los que desean, tras pasar cinco años en el Ejército, dar el salto a la Guardia Civil.