Baja el número de docentes agredidos que acuden al Defensor del Profesor
El servicio que ofrece el sindicato Anpe contabilizó cinco denuncias de maestros leoneses .
A. Calvo | León
La violencia en el aula es un tema candente y que está modificándose. Además del acoso entre iguales, están la agresiones a profesores tanto de los propios alumnos como de sus familias, que además ahora cuenta con una nueva vía, las redes sociales o los grupos de whatsapp de aula. El sindicato Anpe creó en 2006 el servicio el Defensor del Profesores al que este año han acudido cinco profesores leoneses, cifra que se ha visto reducida respecto al año pasado, cuando fueron siete los docentes que contactaron con el servicio para, además de denunciar su caso, recibir apoyo y asesoramiento.
«Denunciar es positivo porque el objetivo es que esta cifra vaya bajando», indicó el coordinador de la oficina en Castilla y León, Jesús Niño, quien explica que la cifra tan sólo representa los docentes que han acudido su servicio, aunque el número es mayor, como reflejan las cifras que baraja la Consejería de Educación. A nivel autonómico, la cifra anual se ha incrementado, pasando de los 66 a los 79. Es en la provincia de Valladolid donde se han registrado un mayor número de denuncias, con 26, seguida de lejos por Burgos con once, Salamanca con diez, mientras que León ha registrado cinco casos. En Palencia y en Zamora han sido cuatro y en Ávila y Soria, dos.
Las agresiones más comunes son las de alumnos a los profesores, sobre todo las físicas —agresiones, empujones, les lanzan tizas o borradores e incluso, este año, un adoquín—, a lo que suman los insultos que los padres realizan en los grupos de whatsapp, donde encuentran carta blanca. «Los padres y los profesores tenemos que trabajar juntos por el bien de los niños y la familia tiene que entrar al aula para equipar roles», explica Niño, después de contar que en algunas agresiones de los padres a los profesores los niños estaban presentes.
Las demandas
En la provincia de León este año han bajado los casos denunciados a cinco, aunque hace dos cursos tan sólo hubo cuatro casos registrados por el Defensor del Profesor. Desde Anpe recuerdan que los docentes «son figura de autoridad» por lo que cualquier agresión supone un delito. «Ante una situación de agresión el equipo directivo tiene la obligación de denunciar el caso a la Dirección Provincial de Educación o a la Fiscalía, pero no se hace, muchos casos no llegan», destaca Niño. El mayor número de casos se concentran cuando los alumnos están en Primaria y Secundaria, aunque también se han contabilizado casos en Infantil, mientas que en las enseñanzas de régimen especial o en Formación Profesional, los casos se reducen bastante.
Desde el sindicato exigen a la Consejería de Educación que reactive el Observatorio de la Convivencia Escolar e incentive un programa de prevención de acoso escolar que permita acelerar los protocolos de protección a las víctimas e incluya un plan de detección precoz. A mayores, un plan específico de formación del profesorado para la prevención de estos casos y la coordinación de los diferentes decretos de convivencia que existen, tanto a nivel autonómico como de los propios centros y asistencia psicológica para los profesores agredidos, además de que esto, en caso de bajas por estas circunstancias, se considere enfermedad profesional.