Testigo del atentado 22 años después

Heliodoro Gallego, un vecino de la calle Ramón y Cajal, recordó ayer, 22 años después, el atentado del comandante Luciano Cortizo desde la misma esquina en la que vio saltar por los aires el coche del militar. «Yo iba a buscar a mi hija al colegio; vi como estalló el vehículo... Cogí a mi hija y a cuatro amigas y las llevé a casa para que se tranquilizaran. Recuerdo que intenté llamar a sus casas y no había teléfono». La concentración en recuerdo de la única víctima mortal de ETA en León capital reunió a una veintena de personas, sin presencia ni de la familia ni de autoridades. Heliodoro Gallego, el vecino de la misma calle, fue uno de los pocos que asistió junto a miembros de la formación política Vox y algunos viandantes. El acto se desarrolló en la esquina de Ramón y Cajal con Renueva, en el mismo lugar del atentado en 1995.