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LEÓN ■ LA OBRA DEL PARADOR

Permiso retribuido para la plantilla de San Marcos mientras llega el Erte

Los empleados esperan conocer este mes detalles del expediente de regulación de empleo que amparará dos años de cierre del hostal

Acceso a San Marcos desde las dependencias del párking, en la zona posterior del edificio cerrado hace un mes. MARCIANO PÉREZ

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l. urdiales | león

San Marcos se prepara para la gran reforma que devolverá la actividad hostelera en marzo de 2020 al emblemático edificio leonés. Esta es la situación de transición que mantiene el Parador a punto de cumplirse un mes desde su cierre. La plantilla espera que se abra en los próximos días una negociación con el departamento de recursos humanos de Paradores encaminada a lograr un acuerdo en torno al expediente de regulación temporal de empleo, que conducirá a los trabajadores hasta la reapertura del hostal. Mientras tanto, la situación de los empleados se puede calificar como «permiso retribuido», según definieron fuentes de Paradores en torno a la coyuntura que acompaña al personal.

El cierre del San Marcos, planificado con antelación para allanar el camino a la reforma integral, condujo a la plantilla, más de un centenar de empleados, a un periodo vacacional de quince días, con el que despidieron el año. Aunque en el ánimo de la dirección de Paradores estaba abrir el expediente de regulación temporal de empleo para amparar la inactividad obligada de los trabajadores nada más iniciarse el año, este trámite se ha aplazado hasta avanzar en otras cuestiones administrativas referidas a las obras del Parador de la capital leonesa. Entre tanto, la dirección ha comenzado a reclutar a parte de los trabajadores, en grupos reducidos, para cumplimentar y acometer tareas relacionadas con la preparación de las instalaciones para reforma de tal envergadura. Se trata de aportaciones puntuales, según se refieran a personal asignado a diferentes servicios que prestaban en el hostal. La tarea de recogida del material entre las diferentes estancias y departamentos, según se localice en la zona de pisos, de salas o de cocina. Cualquier trabajador de San Marcos, en tránsito hacia ese expediente de regulación que está aún por determinar, puede ser requerido para desarrollar esa tarea previa al vaciado total de las instalaciones, necesaria antes de que se emprenda la reconstrucción. Las labores para vaciar las instalaciones se definen por la magnitud del edificio, la amplitud de salones o el número de habitaciones, que supera los dos centenares.

La aportación circunstancial de los empleados se limita a las áreas de su competencia y destino laboral, en la recogida de material de las habitaciones, de los salones, mantelerías, vajillas, menaje de cocina; en ningún caso se les atribuyen tareas de embalaje o manejo de las obras de arte que jalonan diferentes estancias del Hostal de San Marcos y que sólo serán manipuladas por los operarios de una empresa especializada que ha contratado Paradores para poner a recaudo ese caudal artístico que contiene el hostal durante el periodo de dos años que va a durar el proceso de la obra.

Mañana se cumple un mes desde que San Marcos cerró sus puertas. La plantilla está a la espera de novedades en torno al expediente de regulación temporal de empleo que le va a conducir hacia el año 2020, por ese paréntesis de dos años dedicados por completo a elevar un nuevo hostal.

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