Muere «por falta de atención» un reo en León primo del ‘resucitado’ en Asturias

dl | redacción

Alfredo Gabarri Jiménez, un recluso de 35 años de edad interno en el Centro Penitenciario Provincial de Villahierro, falleció la noche del 31 de diciembre tras tres días aquejado de una crisis diabética, según denuncia su familia, que refiere que la causa del fallecimiento no está especificada en el documento oficial que se les entregó.

Según publicó ayer La Nueva España, los familiares del finado han contratado lo servicios de un bufete de abogados de Oviedo para ejercer acciones legales por lo que consideran «dejación de funciones en la custodia de un preso».

Una familiar del fallecido manifestó ayer al rotativo su rabia por el hecho de que Alfredo Gabarri fuera «abandonado pese a estar enfermo y murió en esas circunstancias».

Según la misma fuente, su pariente cumplía condena por acumulación de delitos de orden violento y confiaba en lograr en el mes de febrero el primero de los permisos que le permitiría salir del presidio. «Trabajaba dentro de la cárcel y tenía buena conducta; se portaba bien para redimir condena», aseguró la mujer.

Según la familiar asturiana que con más frecuencia le visitaba en la penitenciaría afincada en Mansilla de las Mulas, Gabarri Jiménez tenía diagnosticada diabetes del tipo 1 y un cuadro de gripe junto a una crisis glucémica aconsejó su paso a la enfermería del centro penitenciario el día 29 de diciembre. Esta mujer llamó el día 31 para interesarse por su pariente y nadie le supo explicar por qué le habían llevado de nuevo a la celda. La siguiente noticia que tuvo fue el día 1 de enero, la peor que pudo recibir: Alfredo Gabarri Jiménez había muerto. Su entierro fue tres días más tarde en el cementerio de La Carriona.

PARENTESCO

Se da la circunstancia de que la familia de Alfredo Gabarri Jiménez tiene parentesco con la de Gonzalo Montoya, el recluso del Centro Penitenciario de Villabona en Asturias, que el 7 de enero fue dado por muerto y «resucitó» cuando le iban a practicar la autopsia. «¿Qué más tiene que pasar?», se preguntaron indignados los familiares, siempre de acuerdo a la información del rotativo asturiano.

La familia de Montoya, ya ha recogido más de 2.000 firmas entre parientes, amigos y conocidos para solicitar el indulto de su hijo y hermano, que en agosto cumplirá los tres años de condena que le fueron impuestos por robo. El joven de 29 años continua ingresado en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) con custodia policial, acceso controlado de visitas y sin teléfono móvil.

José Carlos Montoya, padre de Gonzalo, se mostró anteayer satisfecho porque sólo él ya tiene en su poder «cientos de firmas», pero también tienen más otros familiares y se han recogido muchas más a través de las nuevas tecnologías. «Son de familiares, amigos, conocidos... las personas que nos apoyan para que no se cometa otra injusticia», señaló.

Pocos días después de lo ocurrido en Asturias con el joven, el familiar que se encontraba en León sufrió el fallecimiento referido.