Diario de León

LA ENTREVISTA

«Aspiro a ser la fuerza mayoritaria y gobernar en solitario mirando a la izquierda»

PEDRO SÁNCHEZ / SECRETARIO FEDERAL DEL PSOE

Pedro Sánchez, el pasado martes, en la Plaza Mayor, durante su visita a León. RAMIRO

Pedro Sánchez, el pasado martes, en la Plaza Mayor, durante su visita a León. RAMIRO

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M. ROMERO / Á. CABALLERO | LEÓN

Es un producto mejorado por un duro proceso interno. Pedro Sánchez (Madrid, 1972) mide cada gesto de su imagen, su modulación de voz, su discurso de laboratorio, su modo de agarrarse a la mesa o entrelazar los dedos con los pulgares alzados. Es otro Pedro Sánchez, frío, menos radical, menos visceral, con pausa, más moderado que en el último encuentro en León con este medio hace dos años. Ahora, es Pedro II el superviviente.

—En estos dos últimos años le ha pasado un camión por encima y ha resucitado, ¿qué ha aprendido?

—Creo que hoy estoy preparado para liderar el país, para gobernar. Creo que la experiencia que he acumulado en el ámbito personal y político me hace quedarme con las cosas buenas de las experiencias que he vivido e intentar mirar hacia el futuro para ver cómo volcar todo ese compromiso político y esa experiencia en beneficio del país.

—Vamos, que es bueno que a uno le ‘apuñalen’ en casa para ser presidente del Gobierno.

—No, yo fui secretario general del PSOE durante dos años y dos meses y viví 10 procesos electorales. Ahora, lógicamente tengo más experiencia y estoy preparado. Lo que veo en todo caso es una legislatura agotada, con un Gobierno sin pulso político, escondido, dividido a ver si Rajoy se presenta y en estado de shock como consecuencia del crecimiento de su socio competidor, Ciudadanos

—Como consecuencia usted se echa a la campaña con el tema de las pensiones, donde hay una bolsa de 9 millones de votantes, más los potenciales de la generación del baby boom.

—Cualquier organización política lo que intenta es persuadir para que le voten. Pero la razón de fondo tiene que ver con que el PSOE fue quien puso en pie el sistema público de pensiones. Si algo representan las causas de la izquierda es la desigualdad, que la recuperación llegue al conjunto de la ciudadanía; es una cuestión de regeneración. Por eso hemos puesto sobre la mesa varias propuestas. Entendemos que la precariedad laboral derivada de la reforma laboral y los sueldos bajos del PP hace que haya menos cotizaciones. Hemos planteado la propuesta de rescate por rescate: que la banca contribuya a sostener parte del sistema público de pensiones. ¿Esto es de izquierdas o derechas? Si lo hace Cameron o el impuesto de transacciones financieras lo hace Macron, probablemente no se trate de izquierdas o derechas sino de justicia social.

—¿Cómo garantiza que la banca no repercutirá esos impuestos en los clientes y que la subida de sueldos no creará una distorsión en el empleo?

—Lo hemos tenido en cuenta. La forma de imponer esta contribución extraordinaria si va por la vía del IVA, evidentemente se repercutirá; si es sobre los beneficios, no. Por eso nuestro planteamiento es que se haga como recargo a los beneficios.  

—¿Cree que gravar a los beneficios evita que la banca lo repercuta?

—Creo que sí, sin duda alguna. Va siendo hora de que si consideramos que el sistema de pensiones es la clave de bóveda del Estado del Bienestar, como creemos nosotros porque da continuidad generacional a algo tan básico como la solidaridad, realmente tenemos que poner encima de la mesa medidas solventes, sólidas y además pensiones dignas.

—¿No le da la sensación de que los expresidentes del PSOE han virado a la derecha?

—El PSOE en el 39 congreso decidió reubicarse en el espacio de la izquierda y el centro izquierda. A partir de ahí, es evidente que Unidos Podemos ha cometido dos errores fundamentales: pudo votar a un presidente socialista y votó en contra; y cuando tuvo que defender la integridad territorial del país no lo hizo. Una de las lecciones que debemos extraer es que la división de la izquierda trae gobiernos de derechas. Hay una élite política y económica que quiere perpetuar los gobiernos conservadores en España. Si antes eran la mayoría absoluta del PP, hoy quieren que sea una derecha partida en dos. Si aglutinamos todo el voto de izquierdas entorno al único partido que puede hacer frente a la derecha bicéfala, la izquierda habrá ganado las elecciones.

—¿Por qué no ha logrado la lealtad de los exsecretarios como González o Zapatero?

—Yo escucho a todos con mucha atención, también a una persona de la trascendencia histórica de Felipe González. Los escucho con atención y respeto incluso cuando no comparto sus opiniones. 

—Hace mucho que no los escucha. González decía en la Ser estos días que le llama Rivera pero que usted no lo hace.

—Yo entiendo que los medios de comunicación, en fin, estas cosas las pregunten.

—Lo ha dicho él.

—Yo digo que lo entiendo, pero creo que lo importante es trazar una hoja de ruta que necesita el país desde el nuevo PSOE que salió del 39 congreso. El PSOE tiene una disyuntiva a la cual responder. Nos quedamos de brazos cruzados y esperamos a que convoque elecciones Rajoy mientras los problemas se acumulan o, en cambio, lideramos desde la oposición las transformaciones que necesita el país. Vamos a iniciar las conversaciones con los colectivos sociales y, dentro de seis meses, llevaremos esos acuerdos al Congreso para forjar mayorías parlamentarias que nos permitan materializarlos.

—Los pactos de derechas hacen gobiernos de derechas, decía. Los sondeos reseñan que C’s sería determinante. ¿Son la fuerza de cambio que decía en 2016 o la segunda derecha española como dice ahora?

—(Respira hondo). ¿Ha cambiado algo España en este año largo de investidura?

—Entonces, sigue siendo la fuerza de cambio.

—Al contrario, si apoya a Rajoy (hace una pausa), la respuesta está dicha.

—También llegó a un acuerdo de investidura con usted.

—Sin duda. Ahora tendrá oportunidad de oro para decidir, con esos 10 acuerdos del país que hemos puesto sobre la mesa. Cuando los llevemos al Parlamento veremos si Rivera quiere cambiar las cosas para bien.  

—¿No teme que esta agresividad le deje sin apoyos para poder formar Gobierno?

—Aspiro a ser primera fuerza y, por lo tanto, a gobernar en solitario y mirando a la izquierda.

—Eso excluye a C’s.

—¡Hombre! Estamos a dos años de elecciones. En mi proceso de investidura fallida reivindiqué que había un nexo de unión que justificaría que fuerzas tan dispares como C’s, PSOE y Unidos Podemos nos entendiéramos: era la cuestión de la regeneración democrática. Todo eso quedó en el olvido como consecuencia del error de Iglesias. Da la sensación de que el acuerdo, más que hacer a Rajoy cumplir sus promesas, hace que incumpla sus promesas electorales Rivera.

—¿Se hubiera entendido mejor con el Podemos de Errejón?

—(Se lo piensa y sonríe). Si algo he aprendido en estos dos años es a ser respetuoso con la vida interna de las organizaciones. Un elemento de discrepancia con Unidos Podemos no ha sido tanto con sus votantes como con sus dirigentes. Nunca vi en la bandera secesionista ninguna causa de izquierdas. No haber defendido la soberanía nacional va a pesar mucho en su futuro. Pero en todas las cuestiones de políticas de desigualdad, recuperación y regeneración estamos dispuestos a hablar con todos.

—En la guerra de bloques, el PP cede con respecto a Ciudadanos. ¿Usted cree que tiene resuelta la fuga de votos que se fueron a Podemos?

—Lo importante, como han dicho electores y estudios demoscópicos, es que quieren que el PSOE lidere esa izquierda. El PSOE, si aglutina todo el voto de izquierdas está en condiciones de ganar las elecciones. Dudo mucho que para muchísimos ciudadanos después de 8 años consideren que el cambio es más derecha. 

—¿Por qué los padres de la Constitucional han desautorizado su propuesta federalista?

—Si uno lee lo que han dicho, no la ven así. Herrero de Miñón habla de que sería necesaria una mutación de la Constitución. No sé si es un eufemismo de actualización o reforma. En todo caso hablan de la necesidad de articular consenso idénticos a los que hubo en el 78. Es necesario actualizar la Constitución, no sólo en el ámbito territorial, sino otros muchos, reconociendo derechos que no estaban en la conciencia de los ciudadanos, como la igualdad de género, el medioambiental, convertir a la sanidad en derecho fundamental... La mejor defensa de la reforma constitucional no es ni petrificarla, ni romperla, sino transformarla y evolucionar.

—¿No cree que la alarma es porque la gente no entiende los límites a esa plurinacional?

—No con palabras, sino con hechos, se ha visto dónde ponemos los límites. La integridad territorial y la defensa de la soberanía son básicas. El PSOE si representa algo es la España de izquierdas. A partir de ahí defendemos una nueva España autonómica. Después de 40 años hemos logrado demostrar que es perfectamente posible compartir identidades. Se puede ser leonés, español, europeo; madrileño, español y europeo; catalán, español y europeo, sin ningún tipo de colisión. Lo que debemos hacer es mejorar las muchas disfuncionalidades que tiene la España autonómica.

—Aquí lo que no se entiende es ser leonés y castellano a la vez. ¿Dentro de su reforma pretende incluir en la Constitución el nombre de las comunidades autónomas, lo que bloquearía el debate de reivindicación de León como autonomía?

—Uno de los planteamientos que tiene el PSOE, como se ha dicho también en la declaración de Granada y en la de Barcelona, es que las comunidades tienen que tener su nombre dentro de la Constitución española.

—Ni se plantea el debate de la autonomía leonesa.

—No.

—¿Cuántas veces ha convocado al comité federal?

—Convoqué uno para noviembre, pero con el tema de que si Puigdemont subía o bajaba, al final lo dejamos para después de la aplicación del 155.

—¿Por qué no lo hizo con anterioridad, para someter ahí el apoyo al 155, que tampoco consultó con la militancia?

—Materialmente no hubo tiempo. Pasada la tormenta lo puede pensar uno, pero hay que recordar que hasta el último minuto no se sabía si Puigdemont iba a convocar unas elecciones estatutarias. Tuvimos que cerrar en 3 días el acuerdo de negociación con el Gobierno y aplicarlo.

—Haberlo consultado a priori.

—Imagínese que voy a plantear a la organización la aplicación cuando no se sabía, porque estábamos negociando el contenido. Ha habido una coordinación y comunicación con el PSC y el resto de líderes territoriales, que han estado informados al minuto de las cosas que yo podía informar; por cierto, agradezco su discreción y empatía. Desde el punto de vista de la organización, la militancia y el votante han entendido que el PSOE haya estado de lado del Estado y de su propia historia. Hemos hecho un ejercicio de coherencia.

—Hay quien ve en su relación con las bases, sin pasar por cuadros intermedios, un liderazgo populista o peronista.

—Fíjese que el SPD va a consultar con la militancia el acuerdo con la CDU. ¿Es un ejercicio populista? Las resoluciones del congreso son claras: las consultas se van a realizar sobre acuerdos postelectorales o circunstancias extraordinariamente graves. El debate es interesante. Al final es un desafío para la nueva política saber combinar la democracia representativa con la directa. Eso exige una enorme dosis de responsabilidad por parte de los dirigentes. Nosotros creo que hemos acotado muy bien dónde vamos solicitar la consulta de la militancia y dónde reforzamos los mecanismos de la democracia representativa.

—¿Por qué cree que se ha apartado de usted tanta gente, como el nuevo secretario provincial, que es antagónico al que era su candidato afín?

—Yo he ganado las elecciones primarias con mayoría absoluta.

—Pero territorialmente no se ha plasmado. El secretario provincial que salió no era el que impulsaba Ferraz.

—Son dinámicas diferentes. El PSOE ahora está unido en torno a la ejecutiva federal. Me siento reconocido y respaldado por el nuevo secretario provincial. A ambos los conozco, está también José Antonio, con el que he hablado y que está apoyando al secretario autonómico, al federal...

—Usted conoce al anterior secretario provincial, Tino Rodríguez, porque formaban parte del mismo grupo de José Blanco y alrededores. ¿Le preocupa su pugna con Luis Tudanca, a quien ha criticado por el cierre de la comisión de cajas?

—(Respira). Vamos a ver. Yo entiendo que desde el punto de vista periodístico estas cosas... El PSOE, no sólo en Castilla y León, ha liderado e impulsado la apertura de comisiones de investigación. En las comisiones de investigaciones, cada grupo parlamentario tiene la responsabilidad de orientar su trabajo. A mí me parece trascendente desde el punto de vista de las cajas ver qué impacto está teniendo sobre el territorio la reestructuración de nuestro sector financiero, la desaparición de la obra social, la exclusión financiera por el cierre en pequeños municipios o la mayor exigencia de acceso al crédito. Estas son las cosas que se tienen que debatir para que no se sucedan desmanes de cara al futuro.

—El portavoz de Podemos en la comunidad le ha preguntado si no le da vergüenza que su partido haya pactado con el PP el cierre de la comisión y evite que Maíllo no vaya a declarar.

—Desconocía a este hombre, pero con todos mis respetos entiendo que Podemos esté en la angustia de su declive electoral. Pero sería bueno que no hiciera oposición a quien está liderando desde la izquierda la oposición al gobierno de la Junta. Sería bueno que hiciera oposición a la derecha. Más allá de eso...

—No ha contestado a la pregunta sobre la guerra de Rodríguez y Tudanca.

—Cuando hablo con los militantes de Castilla y León veo que Luis tiene un apoyo mayoritario.

—¿Ibán García del Blanco estará en las listas al Congreso y, en su caso, pedirá que se le apoye desde León o incluso lo impondrá como hizo con Mari Luz Martínez en Palencia?

—Mezclan varias cosas. Evidentemente, si García del Blanco forma parte de mi ejecutiva es que cuenta con mi apoyo. Tiene todo mi apoyo y se verá cuando toque.

—¿La también leonesa Margarita Robles será candidata al Ayuntamiento de Madrid?

—Es una extraordinaria portavoz del grupo parlamentario.

—Siempre habla del PSOE que modernizó España, en el que había referentes como Maravall o Lluch. ¿Quiénes son los referentes de este PSOE con el que quiere gobernar usted?

—(Se lo piensa). Somos el partido de la igualdad de género y de las mujeres. Ahí, tenemos muchísimas feministas, como Carmen Calvo; en la ecología, Cristina Narbona, Teresa Rivera, Hugo Morán; en la emprendeduría, Francisco Polo, creador de change.org.

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