Diez razones y un Capricho
La bodega jimiega abre las Jornadas de Exaltación del Buey y marida los sabores con la esencia mexicana para internacionalizar la capitalidad .
a.g. valencia | jiménez
Sentarse y disfrutar de un decálogo de caprichos. O lo que es lo mismo degustar el menú de las Jornadas de Exaltación de las Carnes de Buey que sirve al público la bodega jiminiega, esa que ha dado al pueblo titulares a nivel internacional. El Capricho, con su esencia propia, ubicada en el pueblo de la alfarería, el barro y el teatro, ha maridado este año las carnes de su animal estrella con la esencia de la cocina mexicana para bucear en los entresijos de los fogones prehispánicos y dar a la capitalidad gastronómica valor más allá de las fronteras de España. Todo ello regado con el vino Carracedo, de Bodega del Abad.
José Gordón, el padre de El Capricho, ha puesto toda la carne en el asador y lo ha hecho de la mano de los chef Adrián Rojas y Pablo Artamendi, del restaurante Punto MX, de Madrid, un referente de la cocina mexicana en España que cuenta con una estrella Michelín. Reconocimiento que algunas de las autoridades presentes reclamaron, también, para la bodega de Jiménez de Jamuz. El menú no se olvida de la tierra y arranca con unos ñoquis de alubia de La Bañeza y sigue con un rollito de maíz y tapa de lomo alto. El aguachile rojo de pata de buey y los tacos no dejan lugar a dudas del hermanamiento con el país centroamericano. Le siguen los pimientos rellenos de buey con chile y un bocado de tuétano, chiles y pomelo. El aguacate entra en juego, con un semifreddo con tomates agridulces y, por último, antes de los postres, qué mejor que una degustación de las carnes típicas de El Capricho. El menú lo cierra el dulce, un sorbete de tomate y flor de Jamaica y un brazo gitano con helado de chile mulato, merengue y frutos rojos.
La degustación unió en la mesa a cocineros, expertos gastronómicos y autoridades como el presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, y el alcalde de León, Antonio Silván. Entre todos, uno fue el comentario general, la grandeza de la gastronomía leonesa, la calidad de los productos de esta tierra y el tesón de Gordón para innovar y poner en valor todo lo bueno de la despensa del medio rural.