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LEÓN ■ TRIBUNALES

El crimen de Navatejera sufre el tercer cambio de jueza en menos de un año

Los resultados de las pruebas realizadas al principal sospechoso tampoco han llegado aún

Una manifestación promovida por la familia de la víctima. RAMIRO

León

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El crimen de Navatejera vuelve a cambiar de jueza instructora, por tercera vez en el último año. Con la titular de baja prolongada y la sustituta acogida a una baja maternal, una jueza externa se ha hecho cargo en los últimos días del Juzgado de Instrucción número 3 de los de León, por lo que el asunto cambia de manos una vez más.

Las partes esperan que el cambio no ralentice la instrucción de la causa, que se encuentra en la actualidad pendiente de que se ofrezcan los resultados de la prueba biológica derivada de la extracción de muestras capilares al principal sospechoso, para cotejarlos con una serie de pelos hallados en las ropas que vestía el cadáver en el momento de su hallazgo. Los forenses del Instituto de Medicina Legal de León no hallaron más vestigios biológicos que los que se reflejaban en la autopsia del cadáver, pero después de muchas controversias, se permitió realizar una segunda autopsia a un perito contratado por la familia de la víctima, que declaró haber hallado 26 pelos más en el jersey de la fallecida.

La defensa del imputado entiende que la cadena de custodia de los restos en los que aparecieron los pelos no se mantuvo con las debidas garantías, puesto que el material fue enviado a Sevilla a través de una empresa privada de transporte urgente, con lo que considera que no existen garantías legales de que se haya salvaguardado la integridad de las prendas en las debidas condiciones. Por todo ello, cree que los pelos hallados carecen de valor probatorio aunque finalmente se aceptó realizar las pruebas solicitadas.

Rocío Fernández Ameijeiras, apareció muerta en un vertedero de Navatejera. La muchacha salió de su casa el 21 de mayo de 2005 para acudir a una cita con el investigado, según la versión de los padres de la víctima. «Habían quedado en ir a casa de su padre a ver cómo arreglaban el tema, porque él le había dicho a mi hija que no quería hacerse cargo del bebé», sostienen ellos. No regresó a su domicilio nunca más. Durante varios días permaneció desaparecida. Sus progenitores únicamente recibieron mensajes suyos a través del teléfono en los que les informaba de que se había ido a Madrid a buscar trabajo.

Era falso. Dos semanas después apareció el cadáver de la muchacha en un vertedero de Navatejera, ya muy descompuesto. Lo encontró una persona que paseaba por la zona. La Guardia Civil cree que la muerte se produjo el mismo día de su desaparición. El caso sigue bajo investigación en la actualidad y no se descarta que se puedan encontrar nuevas pistas en un futuro cercano.

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