León ■ Polémica
Educación asegura que se derivarán “responsabilidades muy graves” de la agresión con un líquido abrasivo a un menor en un colegio de León
El consejero de Educación de la Junta, Fernando Rey, insistió hoy en que la agresión con un producto abrasivo a un menor de 15 años afecatdo por el síndrome de Asperger en un colegio de la localidad leonesa de la Virgen del Camino, no responde a un caso de acoso o ‘bullying’, sino que se trata de un “incidente aislado”.
Rey incidió en que la agresión constituye un “hecho muy grave” pero repitió que constituye una “disrupción puntual” de la convivencia en el centro. Aseveró que las “responsabilidades muy graves” que se derivan de la agresión se están depurando.
En este sentido, Rey recordó que en estos momentos se están practicando las diligencias oportunas dentro del expediente disciplinario abierto en el centro, que también está siendo investigado por la Fiscalía de menores.
La Fiscalía de Menores valorará las posibles consecuencias penales que se puedan aplicar a las tres alumnas del colegio de La Virgen del Camino que, presuntamente, vertieron todo un bote de producto abrasivo sobre un compañero del centro, con síndrome de Asperger. El estudiante, de 15 años, sufre secuelas en un ojo y está en observación para comprobar si llega a perder visión. Paralelamente a la investigación policial y judicial, el colegio ha abierto un expediente disciplinario a las adolescentes y el servicio de Inspección de la Dirección Provincial de Educación estudia aplicar el protocolo de sanciones. Desde la Junta, la consejera portavoz, Milagros Marcos, calificó ayer de «tema grave» la agresión, aunque matizó que se trata de un «hecho aislado» del que se ha dado traslado a la Fiscalía de Menores que será quien «dirá si tiene o no una repercusión penal».
Los hechos que denunció el colegio Camino de Santiago a la Guardia Civil ocurrieron el pasado martes. Al parecer, el niño había sido ya increpado durante el recreo por las estudiantes, que le habrían llegado a poner la zancadilla. Intentó zafarse de ellas, pero le habrían alcanzado casi a la entrada del aula, se habrían apoderado de un bote del carrito de la limpieza que se guarda al lado de su clase y le habrían arrojado parte del líquido a la cara, según relató el propio afectado a los guardias civiles. El producto abrasivo le entró al ojo y en la boca y, al agacharse en un acto reflejo, sus atacantes volcaron, presuntamente, el resto del abrasivo sobre la cabeza.
Según declaró su padre a este periódico, «la rápida intervención de los profesores del colegio y el acierto de limpiarle con suero, en lugar de con agua, le salvó el ojo, aunque presenta secuelas». Desde el colegio se avisó al 112, cuyos efectivos decidieron trasladar al Hospital al menor, que viajó acompañado del director, que permaneció junto a la víctima hasta que llegaron sus padres.
Fuentes de la investigación señalan que una de las jóvenes es «conflictiva», mientras los progenitores del menor se preguntan qué pudo motivar la acción contra su hijo, «algo que no te esperas. De hecho cuando nos avisaron del colegio que tenía algo en el ojo, pensamos que le habría entrado alguna arenilla, no ésto».