Claves para evitar los pies ‘dolientes’

Los papones, paponas y manolas pasan mucho tiempo en pie y recorren un maratón de kilómetros. Un esfuerzo que incide en los pies. Para protegerlos, los expertos recomiendan lavarlos con jabón ácido y agua tibia y no remojarlos más de cinco minutos antes de salir a la calle. La hidratación es mejor con cremas untuosas, tipo vaselina o glicerina, y las uñas se deben cortar horizontalmente, de forma cuadrada.

Es también preferible utilizar calcetines o medias que no aprieten, sin costuras y a ser posible de tejidos suaves y naturales que permitan la transpiración. Respecto al calzado, mejor de piel o tejidos naturales, sin costuras internas, suela flexible, con contrafuerte firme, con pala que permita el movimiento de los dedos en su interior y con sujeción mediante cordones. Para procesionar hay que desterrar los tacones de más de 4 centímetros, las punteras duras, el plástico y los zapatos sin estrenar o deformados por el uso. Como sentarse será complicado, es conveniente cambiar el pie de apoyo con alternancia de ambos pies y ponerse de puntillas en ocasiones, para reactivar la circulación. Si uno anda vivo, esquivará los temidos pisotones y los golpes con los adoquines… ya que en estas circunstancias la visión del suelo que se pisa está limitada. Quitarse los zapatos es un error, porque aumentará su dilatación y podrá desprender la piel de las ampollas, si las hubiera.