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LEÓN ■ TRIBUNALES

El fiscal pide 7,5 años de prisión para 'La Mari' por la estafa piramidal en Caja España y 7 M€ para los afectados

La Fiscalía solicita pide que la entidad financiera abone los siete millones de euros de responsabilidad civil a las 138 víctimas.

María Consolación Suárez, a la salida de una de sus citas en los juzgados de León. JAVIER

León

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El Ministerio Fiscal solicita una pena de siete años y medio de prisión para María Consolación Suárez, ‘La Mari’ como supuesta autora de un delito continuado de estafa que inició en el año 2002 con la venta de una serie de productos financieros inexistentes que ofrecía a amigos e incluso familiares, a los que prometía beneficios imposibles que convirtieron la trama en una estafa piramidal de la que resultaron perjudicadas 135 personas con un volumen de casi siete millones de euros.

La Fiscalía solicita paralelamente dos años y medio de prisión más para la principal sospechosa, por un supuesto delito de falsedad documental y exige que Caja España se haga cargo de la responsabilidad civil subsidiaria, que eleva a cerca de siete millones de euros. La entidad financiera recuerda que este episodio pertenece a la etapa pasada y que nada tiene que ver con los actuales rectores.

La acusada, María Consolación Suárez Velasco, mayor de edad y sin antecedentes penales, prestaba servicios profesionales para Caja España con categoría profesional de administrativa desde febrero de 1980. En 1986 pasó a ser secretaria de la Dirección General Adjunta y a partir de 1992 fue secretaria del Área de Mercados Financieros. Desde enero del 2001 hasta el 2011 trabajó en los servicios centrales y a partir del 1 de marzo de 2011 paso a desempeñar funciones de administrativa en la oficina de Armunia.

«Dada su experiencia y situación cercana a los altos directivos de la entidad financiera y el acceso que tenía los datos de clientes», explica el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación «en el año 2002 ideó un sistema para obtener dinero efectivo de parientes y personas allegadas a las que informaba de determinadas inversiones en productos financieros que estarían reservadas a los altos directivos y que al alojarse en paraísos fiscales (Jersey) producían una alta rentabilidad».

DINERO EN MANO

En virtud de la confianza que tenía en las citadas personas le entregaban importantes sumas de dinero en efectivo, «producto de sus ahorros, de préstamos o de otros negocios jurídicos, dinero del que disponía la acusada sin suscribir ningún producto financiero nombre de estas personas ni entregar a Caja España y a cambio recibían en la mayoría de los casos unos documentos que María Consolación había elaborado en los que había estampado o escaneado los signos distintivos de Caja España y Caja Duero aunque en alguna ocasión llego a insertar los de otro banco así como el sello de la entidad financiera haciendo figurar una firma ilegible».

Desde el año 2002 hasta el año 2011 y siempre según el fiscal, la acusada recibió las cantidades que le fueron entregando los clientes. «Con las entregas de dinero de los supuestos inversores iba abonando determinada sumas a otros en concepto de intereses o rentabilidad del supuesto producto financiero que habían escrito, perfeccionándose el engaño. Con ello pretendía dar credibilidad a las inversiones que estaba realizando y aumentar la confianza que había ganado para que siguiesen entregando dinero para invertir en esos productos imaginarios, lo que efectivamente consiguió en un gran número de casos apropiándose siempre de las cantidades que le daban».

EFECTO BOLA DE NIEVE

Como quiera que a medida que aumentaba las inversiones simuladas aquellos que entregaban las importantes cantidades de dinero veía que cada vez era más frecuente el retraso en el pago de la rentabilidades, María Consolación volvió a ganar su confianza diciéndoles que los intereses se acumulaban al capital e incluso los entregaba otro documento similar al que primero les había proporcionado el que se incorporaba los supuestos intereses como producto de la inversión. Todas estas entregas de dinero sacar el metálico puesto que María Consolacion les decía que dada la confidencialidad del producto era desaconsejable la transferencia bancaria u otros medios de pago ordinarios. Además era normal que contactara con los inversores engañados, bien en el domicilio de estos otros lugares privados, aunque en algunos casos llego a citarles en los servicios centrales. A finales del año 2011 la situación se hizo insostenible para María Consolación que al no poder hacer frente parcialmente a las peticiones de reembolso de muchos de los inversores, vio como se efectuaban reclamaciones a Caja España lo cual motivó una auditoría interna», explica el Ministerio Público.

Amigos y parientes aportaron a estos falsos productos financieros cantidades que van desde los 6.000 euros de pequeños inversores a los 384.000 euros de una hermana de la acusada y su cuñado. Otro hermano de la procesada aportó también 284.000 euros a la trama.

La defensa de la sospechosa niega la descripción correlativa de los hechos que presenta el Ministerio Público y exige la libre absolución. Para el caso de que así no fuera y de forma subsidiaria, su letrado propone que sea considerada cómplice de estafa.

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