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León ■ Gastronomía

Nuevas formas de comer Queso de Valdeón

La IGP Queso de Valdeón se adapta a las nuevas demandas de los consumidores y ofrece formatos más atractivos

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León

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La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Queso de Valdeón se adapta a las nuevas demandas de formato tanto para consumo minoritario como para el sector de la hostelería y se adecua a las necesidades del mercado con la ampliación del contenido neto de los envases para queso batido hasta los 6 kilogramos y del tamaño del queso entero, que pasa de entre 0,5 a 3 kilos a entre 0,2 y 3 kilos, según publicó hoy el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl).

Por un lado, la horquilla de peso del queso entero se amplía ligeramente, pasando de entre 0,5 a 3 kilos a entre 0,2 y 3 kilos. Este cambio se debe a que los hábitos alimenticios de los consumidores se han ido modificando como consecuencia de los cambios sociodemográficos que ha experimentado la población y que han propiciado una transformación en los patrones de consumo. Uno de los patrones que se han modificado es la demanda de formatos de alimentos de menor tamaño debido a la disminución de los integrantes de las familias.

Por el contrario, la proliferación del empleo de ingredientes amparados en figuras de calidad por distintos establecimientos hosteleros, cadenas de distribución e industrias, ha propiciado un aumento en la demanda de envases de mayor contenido para aquellos ingredientes que no son sólidos, como es el caso del queso batido definido en esta IGP, por lo que se amplía la horquilla del contenido neto de los envases para queso batido hasta los 6 kilogramos.

Estas demandas hacen necesario que la agrupación busque nuevas formas para comercializar sus productos para adaptarse a las tendencias y exigencias del mercado sin disminuir la calidad de los mismos.

Producto de calidad

El Queso de Valdeón es un queso de pasta azul elaborado con leche de vaca o con mezcla de ésta con leche de oveja y/o cabra. La influencia del entorno natural del Parque nacional de los Picos de Europa, junto con las prácticas de elaboración que se llevan a cabo desde la época prerromana, son las propicias para el desarrollo de la flora microbiana que caracteriza a estos quesos y los hace demandados en todo el mundo.

En la actualidad se presentan enteros o batidos, adaptando sus formatos de venta y presentación a las nuevas demandas de los consumidores, lo que le permitió experimentar un crecimiento sostenido del 25 por ciento en volumen de comercialización los últimos cinco años.