La abstención de IU, Cs y UPL permite aprobar el Presupuesto de 20,6 millones

p. infiesta | san andrés

Y la margarita se deshojó. El no a los Presupuestos que flotaba en la sesión plenaria que celebraba ayer la Corporación de San Andrés del Rabanedo cambió hacia el sí al arrancar el siguiente ‘pétalo’. La primera sorpresa (que avaló un murmullo general y el mutismo de Eloína Terrón) se produjo en la intervención de Izquierda Unida, al anunciar su portavoz, Laura Fernández, que no le gustaba el documento, pero se abstendrían porque no se podía casi traer otro a aprobación, dadas las restricciones económicas que penden como un cuchillo sobre el Ayuntamiento. La segunda fue la abstención de Ciudadanos, que se había mostrado muy crítico respecto a las cuentas y había llegado a anunciar que no podía apoyarlas.

Con esas barreras abiertas y la abstención de UPL, los siete votos a favor del equipo PSOE-PAL fueron suficientes contra los cinco negativos del PP, que rechaza el Presupuesto, «porque se intenta sacrificar siempre a los mismos, a los vecinos y a los trabajadores», por una situación económica que achaca a las etapas socialistas. «Con nosotros», explicó el portavoz popular, Goyo Chamorro, «se inicio una tendencia de contención de gastos, aunque ustedes (en referencia al PSOE) no nos dejaban respirar y ahora piden una coherencia que no nos dieron».

El borrador había recibido el beneplácito del Ministerio de Hacienda y marca «la senda de la estabilidad, la recuperación y el futuro a corto plazo», según destacó el concejal de Hacienda, Santiago Blanco. El presupuesto aprobado contempla 20,6 millones de euros de ingresos y 18,9 millones de euros de gastos, con un superávit de 1,7 millones de euros «que permitirá atender con suficiencia las obligaciones previstas para este ejercicio, pero también las adquiridas en ejercicios anteriores», señaló el edil. En líneas generales, mantiene los servicios asistenciales, incrementa las inversiones de 600.000 a un millón de euros y «permite avanzar hacia la recuperación y la estabilidad, sentando las bases sobre las que sustentar el futuro del municipio», insistió Blanco. También garantiza el correcto funcionamiento de los servicios municipales, de manera que no se vean afectados programas presupuestarios relacionados con los centros sociales o educativos, además de asegurar el mantenimiento de las infraestructuras básicas y la mejora en áreas como la de limpieza y recogida de basuras o los medios de la Policía Local. IU mostró su preocupación en el deterioro de Araú, aún sin abrir, y en el «ridículo» gasto en bibliotecas, del 0,015% del Presupuesto, cantidad similar para equipamientos de los centros de salud. «El Ayuntamiento no está para hacer maravillas, es un Presupuesto para sobrevivir», insistió Blanco.